Su historia como ciudad es tan antigua que tiene como uno de sus principales personajes a Conin –en su nombre purépecha- o al ya bautizado Fernando de Tapia. La historia de este individuo es singular pues fue de los primero caciques regionales que se sometieron convencidos a la evangelización de los frailes que vinieron tras la Conquista; dando el ejemplo que muchos indígenas más habrían de seguir con el transcurso de los años.
Fernando de Tapia gobernó la región queretana por muchos años y logro consolidar la penetración religiosa tan profunda que esta tierras presumirían a lo largo de su historia.
Es el monumento a este indígena que dejo de serlo, este traidor entre sus hombres y profeta de ideas ajenas, el que se encuentra en la carretera México - Querétaro; denotando el paraíso histórico al que los visitantes se han de sumergir.