Historias sobre lienzo

Por Siempreenmedio @Siempreblog

euerebo

Estos días y hasta el 10 de noviembre se expone en TEA  una exposición muy especial. Una muestra de 30 cuadros realizados sin caballete ni paleta de colores. En ellos no importa si la técnica es óleo o acuarela o si sus autores beben de la escuela realista o impresionista. Da igual. Lo realmente importante de toda esta exposición colectiva son las treinta historias que cada uno de estos lienzos esconde. La rabia, la alegría y el miedo que sintieron cada uno de los autores mientras creaban sus obras; agujeros negros que atrapan, ramos de flores que nunca llegan, terribles tormentas, pulcritud extrema, felicidad incontenida… Historias evocadas bajo las notas de Mozart, Chopin o Holst  por personas diagnosticadas con alguna enfermedad mental grave y que con sus propias manos como pinceles se atrevieron a compartir.

Treinta historias, más una: la de Ana, la directora de este proyecto de musicoterapia, que un día decidió que todo ese trabajo y esfuerzo tenía el derecho y el deber de salir de las paredes del Centro de Día Salamanca para personas con enfermedad mental donde fue concebido. Se empeñó y, tras tocar muchas puertas, hacer muchas llamadas e insistir en la importancia de organizar esta exposición, lo consiguió.

Una amante de las notas y los acordes sin partitura que hace tres décadas, cuando nadie había ni siquiera oído hablar de la musicoterapia, ya comenzó a descubrir por sí misma los beneficios que  determinadas partituras tenían en el tratamiento de los enfermos con los que ella trabajaba a diario. Ahora, con este proyecto “EmociónArte, musicoterapia y art brut” y su exposición pública recibe, junto a todos los artistas, un merecido reconocimiento a tantos años de trabajo. Felicidades.