Nuestras Historias Viajeras 2018 empezaron frente a un enorme “Got Nytt Ar”, en la Götaplatsen de Göteborg. Como ocurre con cada comienzo de año, el 2018 también llegó lleno de buenos deseos y muchas esperanzas, y con enormes ganas de seguir recorriendo el mundo, pero sin objetivos concretos. Simplemente, dejándonos sorprender. Únicamente un viaje de verano en la mente, que finalmente no pudo llevarse a la práctica, pero que queda en nuestra agenda de pendientes para la primera ocasión que se nos presente.
Llegados ya al final del 2018 hacemos inventario, y el resumen es una serie de imprevistos acaecidos a principios de año nos han llevado a conocer infinidad de lugares de proximidad a valorar, más que nunca, la riqueza patrimonial y natural que tenemos justo al lado de casa.
Si nuestras Historias Viajeras 2017 nos llevaron a viajar por diferentes países de Europa, las Historias Viajeras 2018 nos han llevado a recorrer diferentes lugares de las comarcas catalanas, dando prioridad a las de Barcelona, debido especialmente a la proximidad y a la facilidad de realizar escapadas de un día.
La Götaplatsen de Göteborg, donde celebran la llegada del nuevo año en esa ciudad sueca
Suecia: Göteborg
Como ya hemos comentado al inicio, empezamos el año en Göteborg. El porqué de ir hasta allá en pleno invierno fue consecuencia de una búsqueda de vuelos para año nuevo, priorizando el precio, lo que nos hizo decantar por esa ciudad sueca.
¿Qué os podemos decir de la experiencia? ¡Extraña! Las horas de sol son mínimas. Amanece hace las 10 de la mañana y a las 3 de la tarde ya es noche cerrada, de ahí que tengas muy pocas horas de luz para visitar la ciudad. Y respecto al frío, la verdad es que no fue tan intenso como nos esperábamos, dada la experiencia que habíamos vivido en el norte de Francia el invierno pasado. ¡Soportable con buen abrigo!
Es evidente que la visita se merece un post individual -que esperamos llegue durante este próximo año-, pero a modo de resumen os recomendamos moveros en tranvía entre las diferentes zonas de la ciudad y, una vez en ellas, dejaros perder por sus calles.
Imperdibles los barrios de Haga, Linnegatan y Majorna (con su reducto de tradiciones casas suecas de madera), la zona del puerto con el edificio Götheborgsutkiken (conocido popularmente como el Läppstiftet / Pintalabios) (desde allí puedes tomar un ferry para dar un paseo marítimo, con el mismo pase de transporte que el del tranvía), el parque Liseberg (si vas durante el Adviento) y una visita a Mölndal (en las afueras).
Para los fans de la gastronomía, recomendamos visitar la Feskekörka (mercado de pescado que hay en un edificio parecido a una iglesia) y aprovechar para comer en alguno de sus restaurantes, así como tomarte un café con un kanelbullar en Husaren, y cenar unas Köttbullar en Smaka.
Y tras ese primer viaje, empezaron las escapadas de proximidad que han centrado nuestra dinámica viajera en este año, siendo la ciudad de Vic nuestro primer destino.
Paisajes de Barcelona: Vic, Manresa e Igualada
Aunque estas no son las únicas ciudades de las comarcas barcelonesas que hemos visitado durante este año, las hemos incluido en un mismo apartado tomando como punto de conexión que son las capitales de las tres comarcas centrales del territorio, concretamente de Osona, el Bages y l‘Anoia, respectivamente.
Vic “Slow City”
Evidentemente, ir a conocer Vic y recorrer sus calles no necesita ninguna excusa, pero asistir a la tradicional fiesta popular de Dijous llarder le añade un punto de interés. De ahí nuestra primera visita en el mes de febrero.
Fiesta de Dijous Llarder en el Mercadal de Vic
A punto del inicio de la Semana Santa, la tradición gastronómica lleva a llenar la plaça del Mercadal con espectaculares parrillas donde, a lo largo de toda una noche, se asan impresionantes cerdos enteros, cuya carne se usa para elaborar los populares bocadillos de porc rostit, típicos de la jornada festiva, junto a los de cansalada y botifarra.
Este año la fiesta tuvo el incentivo añadido de que, sus promotores, Osona Cuina, estaban de aniversario, ya que este año celebraban el 20º aniversario como colectivo gastronómico.
Respecto a qué hacer en la ciudad, un único consejo: Vic es una ciudad tranquila, silenciosa, en donde su entramado de callejones te invita a dejarte llevar, para ir descubriéndola poco a poco… Y para no perderte ninguno de sus puntos de interés, puedes seguir una ruta turística señalizada, que enlaza hasta 30 lugares destacados, como el Mercadal con sus casas señoriales y la Llotja del Blat, el museu Episcopal, y su sorprendente templo romano (uno de los tres que se conservan enteros en la península ibérica, junto a los de Mérida y Évora).
Ya que estamos en Osona, no queremos dejar de mencionar la visita que hicimos a Sant Pere de Casserres, un monasterio que se empezó a construir en el 1006, y que todavía conserva ese encanto del medievo, especialmente incrementado por su ubicación en medio de un meandro del río Ter.
Panorámica del monasterio de Sant Pere de Casserres sobre el meandro del Ter
Es el único monasterio benedictino de la comarca de Osona y uno de los monumentos más importantes del patrimonio románico catalán. La pobreza y la ruina en que se ha visto sometido a lo largo de su historia ha hecho que la imagen actual no haya cambiado prácticamente de como fue en sus orígenes, tal y como deja constancia un documento del 1410, por lo que pasear por sus estancias te transporta a un verdadero monasterio medieval del siglo XI.
Manresa “Cor de Catalunya”
La visita a Manresa coincidió con la celebración de su Fira Mediterrània, que desde 1998 es un referente en la agenda de espectáculos de cultura popular a nivel europeo.
Panorámica de la Seu de Manresa desde el Cardener. Una obra de Berenguer de Montagut, el mismo arquitecto que construyó la Basílica de Santa María del Mar de Barcelona
Aunque ya habíamos estado en Manresa anteriormente, siempre es un buen momento para visitar la ciudad de manera algo más pormenorizada.
En esta ocasión se nos ofreció la posibilidad de pasar todo un día recorriéndola a través de diferentes rutas temáticas -que en algún momento se entrelazaban-, lo que nos permitió realizar un viaje por la Manresa medieval recorriendo el carrer del Balç, entrar en la Seu de Manresa (joya gótica de la ciudad y prima hermana de Santa Maria del Mar), descubrir los lugares en los que estuvo San Ignacio de Loyola durante el año que vivió en la ciudad, o admirar los edificios modernistas que el enriquecimiento industrial de la ciudad dejó en el ensanche de la ciudad a finales del siglo XIX y principios del XX.
Igualada “Una ciutat que mira endavant”
Como reza el dicho popular: cap a Igualada que hi falta gent. Y para no ser menos, nuestras Historias Viajeras 2018 no solo nos han llevado a visitar la ciudad una, sino dos veces.
Imagen tomada durante el European Balloon Festival de Igualada
En el mes de julio, el European Balloon Festival y las celebraciones del 75º aniversario dels Gegants de la Ciutat fueron el primer motivo por el cual viajamos hasta la capital de la Anoia.
Pudimos disfrutar de una magnífica combinación de cultura popular, protagonizada por una importante representación de elementos del bestiari festiu procedente de diferentes pueblos y ciudades catalanas, además de vivir en primera persona la intensidad y el trajín que supone la preparación de cientos de globos aerostáticos, antes de emprender el vuelo.
Y en el mes de noviembre, una nueva edición del REC Experimental Stores fue el segundo motivo para regresar de nuevo.
Por cierto, ¡te explicamos un secreto! La próxima vez que vayas, te recomendamos que te descargues IGDA, una webapp que te servirá para poder ir aprendiendo curiosidades e historia de la ciudad a medida que recorres sus diferentes puntos de interés.
Barcelona Pirineus: El Berguedà
Es quizás la comarca que hemos visitado con más asiduidad a lo largo de todo este año, y en diferente épocas, lo que nos ha ayudado a descubrir el encanto de sus paisajes y la evolución de las tonalidades de los colores de su naturaleza, así como enamorarnos de su más que interesante patrimonio industrial, representado por sus colonias industriales.
Santa Maria de Queralt
Seas o no religioso. Te guste o no pasear por la montaña, el Santuari de Santa Maria de Queralt y los bosques que lo rodean son lugares de la comarca del Berguedà que no te dejarán indiferente, así como la pequeña iglesia románica de Sant Pere de Madrona que te encontrarás a las afueras de Berga, de camino hacia el santuario.
Panorámicas de Berga desde el Balcó de Catalunya, nombre con el que popularmente se conoce el Santuari de Santa Maria de Queralt
Conocido como el balcó de Catalunya, el Santuari de Maria de Queralt sorprende por las fabulosas panorámicas, a vista de pájaro, que te ofrece sobre buena parte de la comarca.
Una vez allí, te recomendamos que no dejes de reseguir el camino de ronda que bordea toda la montaña, y que te permitirá disfrutar del fabuloso espectáculo natural de la zona, a la vez que vas visitando algunos de los lugares más destacados del conjunto, tales como la Cova de Santa Helena, en donde un pastor descubrió la imagen de Santa Maria, la Font del Bou, la Capella de Sant Joan y la Cova de Sant Ignasi, donde está el Balcó de Garreta, con magníficas vistas sobre la ciudad de Berga.
Evidentemente, si eres un apasionado de la montaña, encontrarás una buena oferta de senderos para recorrer, así como el inicio de uno de los caminos de montaña más emblemáticos de los Pirineos, como es el que recorrieron los cátaros que huyeron de la persecución en Francia, y que ahora se conoce con el nombre del Camí dels Bons Homes.
Talla de Santa Maria de Queralt que se conserva en la cueva, donde la leyenda explica que se le apareció a un pastor
Puig-reig y Gironella
Además de su espectacular naturaleza, el Berguedà tiene otro importante punto de interés que gira en torno a su pasado industrial, y que lo representa la ruta de las colonias industriales que hay a lo largo del río Llobretat.
La ruta tiene una distancia de 32 km, que transcurren paralelos al río, y que te lleva desde Cal Rosal hasta Balsareny. Se puede recorrer a pie o en BTT, y pasas por 16 colonias industriales diferentes, algunas de las cuales se han museizado y permiten revivir cómo era la vida allí, en los siglos XIX y XX cuando estuvieron en pleno funcionamiento.
Musealización de un comedor burgués en el interior de la Torre de l’Amo de la colonia textil de Viladomí Nou
Puig-reig y Gironella son dos de las poblaciones “bandera” en este recorrido y que, por supuesto, también entran dentro de nuestras Historias Viajeras 2018.
Aunque ahora no es momento para profundizar en todos aquellos puntos de interés que no hay que dejar pasar, recomendaros una visita a la Colònia Vidal, a la Colònia Pons (con su espectacular iglesia) y a la Colònia de Viladomiu Nou, en particular a su Torre de l’Amo.
Tras esta última visita, no está de más incluir un paseo hasta Gironella, bordeando el Llobregat, y pasando por las colonias de Viladomiu Vell y Cal Bassacs, sin dejar de visitar la Casa Pairal Teixidor Bassacs, una residencia musealizada en la que se ha conservado, prácticamente tal y como estaba, la vivienda familiar de los propietarios de esa segunda colonia textil.
Panorámica de Gironella, a modo de postal, desde el rio Llobregat
Guardiola de Berguedà y el Monestir de Sant Llorenç
Situado en el norte del núcleo urbano, el conjunto monacal de Sant Llorenç es toda una inesperada sorpresa en medio de una paisaje natural de terrazas cubiertas de prados.
El monasterio, de origen eremita y prácticamente desaparecido en el interior de la tierra debido a un terremoto que ocurrió en el siglo XV, se ha recuperado completamente gracias a una restauración arqueológica promovida por la DIBA, que le ha retornado su esplendor original.
Actualmente es un espacio que combina las visitas culturales con la celebración de eventos artísticos de diferente naturaleza: teatro, música, danza, exposiciones, etc.
Antiguo claustro del Monestir de Sant Llorenç, en Guardiola de Berguedà
La Pobla de Lillet
Y nuestra última visita al Berguedà fue este pasado otoño a la Pobla de Lillet, un encantador pueblo que muchos solemos dejar atrás de camino de les Fonts del Llobregat y Castellar de n’Hug, o cuya visita descartamos priorizando descubrir els Jardins Artigas o subir al Tren del Ciment.
Os recomendamos daros un paseo hacia dos joyas medievales que hay en las afueras de la población, como son el monasterio de Santa Maria de Lillet y la rotonda de Sant Miquel, de las pocas rotondas románicas que se conservan en Catalunya.
Y una vez de regreso, cruzar el Pont Vell (que es el más antiguo que cruza el Llobregat y se ha convertido en su imagen más famosa), y dirigiros hacia la parte medieval del casco urbano, para pasear por sus calles que todavía conservan el trazado medieval (empedradas y bajo techado), así como entrar en la iglesia parroquial en donde podréis ver una maravillosa talla románica policromada de un Cristo en Majestad, así como una escultura de la Virgen María -prácticamente desconocida-, obra de Frederic Marès.
¡Ah! Y nada como un receso gastronómico en El Castell de la Pobla de Lillet, un lujazo de regalo en la zona de l’Alt Berguedà.
Panorámica de la Pobla de Lillet desde el Monestir de Santa Maria de Lillet, con vistas al Pedraforca
Costa Barcelona
Como ya explicamos en su momento, en el mes de mayo participamos en el evento Costa Barcelona Week que nos llevó a recorrer algunas de las poblaciones de las comarcas costeras de Barcelona, con el incentivo añadido de poder subir -por primera vez- al campanario del Monasterio de Sant Cugat del Vallès, cosa que merece una especial mención ya que no es algo que se pueda hacer cada día, aunque seas santcugatenc.
Pero nuestras Historias Viajeras 2018 nos han llevado a otras tantas poblaciones de esa parte de la provincia de Barcelona, que se merecen un lugar destacado en este listado-resumen.
Vistas al claustro del Monasterio de Sant Cugat del Vallès, desde el campanario
La Garriga
Con motivo de la celebración de la Fira Gastronómada en esa población del Vallès Oriental, en el mes de junio pudimos disfrutar de un recorrido guiado por algunos de sus puntos de interés más destacados, especialmente relacionados con su patrimonio modernista de veranero.
Un paseo que nos llevó a conocer los jardines de Can Barbey y la manzana Raspall, el mas de Can Nuarlart y Can Raspall, así como el refugio antiaéreo que se conserva junto a la estación del ferrocarril, original de la Guerra Civil, en base a una combinación de diferentes itinerarios temáticos, que puedes consultar en el centro de visitantes de la población.
Ejemplo de una casa de veraneo en estilo modernista de La Garriga
Santa Eulàlia de Ronçana
También en el Vallès Oriental, y ya entrado el verano, participamos en la Fira del Tomàquet del Vallès en Santa Eulàlia de Ronçana. Aunque la visita no dio para conocer demasiados lugares de la población, lo que si que descubrimos es la interesante propuesta gastronómica que gira en torno a los productos agrícolas propios de la zona, promovidos por la asociación de cocineros y restauradores del Vallès Oriental, Cuina VO, y por el Convivium Slow Food Vallès.
El resultado de nuestra visita -tal y como también ocurrió en otras tantas de las que ya hemos mencionado anteriormente- nos ha hecho incorporar en nuestra agenda del 2019 un largo listado de oferta gastronómica pendiente de descubrir y disfrutar.
Tarragona: Montblanc y el Baix Penedès
Dejando atrás las comarcas de Barcelona, en nuestras Historias Viajeras 2018 también tienen su espacio algunas de las otras tres provincias catalanas.
En el caso de las comarcas y las poblaciones tarragoninas, la primavera nos llevó hasta Montblanc (como ya explicamos en su momento en el blog), y el otoño nos ha llevado a conocer el encanto de diferentes poblaciones del Baix Penedès, así como su entorno natural, especialmente destacado dentro de la producción vitícola de la comarca.
Panorámica de Albinyana desde los viñedos de las afueras
En Bonastre descubrimos los esgrafiados de la casa Fontanilles, la casa más antigua del pueblo y uno de sus edificios más famosos. Masllorenç nos sorprendió por su campanario coronado por la escultura de un ángel, con función de veleta, aunque pudimos ver, a lo largo del recorrido, que no es la única de la zona…
Masarbonès nos trasladó a la época de la Marca Hispánica y las torres de vigia en época de Reconquista, además de mostrarnos diferentes vestigios de antiguas masías típicas catalanas, muestra de su pasado eminentemente rural.
Por último, y como curiosidad, en Albinyana descubrimos que hasta la desamortización del siglo XIX, la población estuvo bajo poder del monasterio de Sant Cugat del Vallès, ya que en el siglo XI el propietario del castillo que había lo cedió en su testamento al abad.
Girona: Temps de Flors, Pals y La Pera
2018 nos ha vuelto a llevar a Girona, tanto a su capital -con motivo del festival Temps de Flors-, como a dos de sus poblaciones más encantadoras.
Pals y La Pera
Si el arroz fue el motivo para regresar a Pals, la exposición sobre Gala Dalí del MNAC fue la que nos llevó a La Pera, a conocer el último edificio de los tres que forman el triángulo daliniano ampurdanés que todavía no habíamos visitado: el castillo de Púbol. Un castillo medieval donde te sorprende el “minimalismo” con el que Dalí restauró y decoró el edificio, que convirtió en un símbolo del amor cortés entre una dama y un caballero en pleno siglo XX.
Trono de Gala Dalí en el vestibulo del Castell de Pubol, en La Pera
Lleida: Josà de Cadí
Y aunque el recopilatorio de nuestras Historias Viajeras 2018 todavía no ha llegado a su fin, si que podemos dar por finalizado el listado de nuestras escapadas por las comarcas catalanas mencionando la que hicimos en verano al pequeño pueblo de Josà de Cadí, situado en la comarca de l’Alt Urgell.
Situado en el Parc Natural del Cadí-Moixeró, es una de las poblaciones pirenáicas que acoge anualmente el Festival Càtar del Pirineu Català, en la que se realiza una recreación histórica de la población en el siglo XIII, mediante la teatralización del entorno y de sus habitantes, incluyendo un mercado de productos artesanales y diferentes actividades culturales.
A pesar de las pequeñas dimensiones del pueblo, cuenta con dos edificios patrimoniales de gran interés como la iglesia románica de Santa Maria de Josà, situada a las afueras, y la iglesia-fortaleza de Santa María y San Bernabé en la parte alta del pueblo, construida sobre un antiguo castillo que debió haber habido en el lugar.
Vistas a núcleo de Josà desde la iglesia románica de Santa Maria
Francia: Elna
La ventaja de vivir a solo 170 km de la frontera de la Jonquera es que puedes realizar breves escapadas desde Barcelona a ciudades del sur del Francia. En nuestro caso, es una costumbre que hemos ido llevando a la práctica de manera continuada, desde hace unos años.
Claustro de la Catedral de Elna
En esta ocasión, y ya entrado el mes de diciembre, temas que nos llevaron a Perpinyà dieron pie a que nos planteásemos acercarnos a conocer Elna, con su encantador claustro románico y su famosa maternidad, con espectaculares vistas hacia el Canigó.
La visita nos descubrió una buena lista de curiosidades que guardamos para explicarlas más adelante.
La montaña del Canigó vista desde los jardines de la Maternidad de Elna
Reino Unido: Londres
Tal como acabamos las Historias Viajeras 2017, finalizamos las Historias Viajeras 2018 con un viaje a la capital británica.
Desde el pasado mes de septiembre, cada día el Old Vic nos da los buenos días y las buenas noches.
En esta ocasión no se trata de un viaje tal cual, sino que la vida nos ha llevado a que desde el pasado mes de septiembre tengamos abierto un hilo de comunicación directo con la ciudad a través de nuestro “Londres en horas de oficina”, lo que nos está permitiendo conocer la ciudad como auténticos londoners.
Algo que también iremos explicando de manera más pormenorizada en próximas entradas.
Atardecer en Londres junto al Támesis
En resumen, el 2018 ha sido un año relativamente tranquilo respecto a grandes viajes, pero no por ello ha dejado de ser movido. De entrada, si el 2019 tampoco se presenta excesivamente viajero, como mínimo tenemos temática y contenido para mantener el blog activo a lo largo de todo el próximo año…
¡Feliz Año a todos y todas!