Estas pleamares "históricas" que alcanzarán un coeficiente en torno al 117, producirán, según Medio Ambiente, por ejemplo, que la mayoría de las salinas abandonadas y marismas queden bajo el agua. A su vez playas urbanas como La Victoria o La Caleta desaparecerán en el punto álgido de la marea, tanto que el agua tocará los muros de la ciudad.
La bajamar, por contra, favorecerá sobre todo a los amantes de la pesca, del marisqueo y de la fotografía. Emergerán espacios que nunca vieron la luz y, cómo no, todos los espacios intermareales.