Histórico: Atleta chileno entró y salió del Volcán Villarrica en su wingsuit

Publicado el 30 noviembre 2021 por Claudio Antonio Diaz Muñoz @StarWlog

Se trata de “Volcano”, el más reciente proyecto del ex piloto FACH, quien durante un año ideó y trabajó en su más arriesgada hazaña deportiva: entrar y salir a través del cráter de un volcán activo en su traje de Wingsuit, en una maniobra que implicó utilizar sólo su cuerpo, sin motor de por medio. Revisa aquí el impresionante video: https://www.redbull.com/int-en/volcano-sebastian-ardilla-alvarez-wingsuit

Conocido por ser un atleta que empuja los límites y por la creatividad que tienen cada uno de sus proyectos, el destacado paracaidista chileno Sebastián “Ardilla” Álvarez, impactó al mundo nuevamente con las imágenes de su última gran hazaña deportiva: un salto increíble en wingsuit al interior del cráter del Volcán Villarrica, ubicado en la Región de la Araucanía, en el que se adentra entre 7 y 10 metros para luego emerger tan solo utilizando su traje de wingsuit, con una velocidad de vuelo de 280 km/h.

Para lograr esta proeza (nunca intentada en un volcán activo), el atleta recurrió a la maniobra “flare” del wingsuit flying («quiebre de planeo” en español), la que consiste en utilizar durante un vuelo la energía vertical de descenso para generar energía horizontal, y finalmente, energía vertical nuevamente. Esto le permitió al “Ardilla” sumergirse al interior del volcán y luego salir de éste sin necesidad de una fuente de energía adicional. El atleta Dani Roman, quien grabó la hazaña del deportista, explica así la esencia del proyecto: “Para una persona que no sabe de traje de alas, básicamente lo que ha hecho Seba es volar con su propio cuerpo, entrar a un cráter activo y salir de ahí volando, simplemente con su cuerpo, sin motor, con solo un poco de tela”.

Este proyecto nació hace un año, cuando Álvarez, ex piloto de la FACH, pensó en unir dos ideas: mostrar la belleza de Chile en un salto único en wingsuit. Para ello, recorrió junto a su equipo distintos lugares del país, pero al llegar al Volcán Villarrica, el consenso fue unánime. Su cráter de 200 metros de diámetro, su figura cónica y la exuberante belleza de su entorno, era la mejor opción que podía imaginar… Era el lugar para hacer historia.

Para una hazaña de este nivel se necesitó mucho trabajo previo, puesto que, si bien Álvarez tenía en su cabeza una idea del volcán y su espacio, las mediciones del diámetro del cráter debían ser exactas para que la maniobra física del atleta fuera posible y exitosa. Pero no todo era matemáticas. Sebastián pasó meses conociendo de a poco al volcán, sus ritmos, la intensidad de sus columnas de humo, el olor del azufre, la velocidad del viento, el clima, el espacio aéreo, entre muchos otros factores.

Al tratarse del volcán más peligroso de Chile, con erupciones frecuentes y la capacidad de generar lahares, tenía un componente impredecible y también, “vida propia” como acuñó Sebastián. Algunos días expulsaba más humo y a ciertas horas se sentía más la turbulencia. Todo variaba. Por lo mismo, Ardilla procedió con paciencia, y solo quedó conforme cuando sintió que el volcán, al fin, le concedía permiso para entrar a él.

Mientras posicionaban el helicóptero sobre el volcán, Sebastián tenía tres cosas en mente: su traje, el eje (es decir, la dirección de vuelo) y la velocidad. “El volcán en mapuche se llama Ruka Pillán, es decir, la casa del diablo. Yo sentía que estaba entrando al infierno, pero a la vez quería salir de él», explica. Desde el salto del helicóptero hasta el ingreso al cráter, transcurrieron 40 segundos. La concentración del deportista de Red Bull era absoluta. No había nada en su mente que no fueran los cálculos para lograr salir del cráter y finalizar el vuelo con éxito. «La sensación de entrar a la casa del diablo es de las cosas más peligrosas, raras y aterradoras que he vivido. Tuve que conversar antes con el volcán para poder hacerlo, ya que el volcán hace lo que quiere y si yo me equivoco, me quedo adentro, en el infierno», recuerda el Ardilla.

La preparación total del proyecto tomó un año de trabajo e incluyó viajes de entrenamiento por Europa y América del Sur. Para lograr el éxito Sebastián tuvo que realizar alrededor de 500 saltos de preparación.

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