Hoy es día de recordar que, en este país, el Hitler=SS de Vuillemin y Gourio sigue siendo una obra prohibida por una sentencia del Tribunal Constitucional que además lo describe como “una publicación unitaria -un tebeo-, con un tratamiento predominantemente gráfico servido por un texto literario, cuyos destinatarios habrán de ser en su mayoría niños y adolescentes“. Quizás esté equivocado, pero creo que libertad de expresión implica también libertad para tener mal gusto y que son los lectores, en ejercicio individual de madurez y de inteligencia, los que deciden si una obra, una frase o un chiste tienen sentido o son una estupidez fuera de lugar.
¿Seremos adultos alguna vez?