¿Hizo al maestro la teoría? ¿O fue la práctica?

Publicado el 03 mayo 2019 por Carlosgu82

Los estudiantes necesitan más habilidades prácticas, relacionadas con la vida, para ayudarles cuando salgan de la escuela – Centrifugado de Letras.

Esta pequeña reflexión que podéis observar, expresada únicamente en una línea (porque ya se dice que lo bueno, si breve, dos veces bueno) es la llave que abre una gran caja de pandora: el sistema educativo, protagonista de la «eterna lucha» entre el bien y el mal; entre la teoría y la práctica. Son diversas las ocasiones en las que se ha reconocido que el sistema educativo es la base de nuestra sociedad. Sin embargo, podemos decir que la educación se ve rápidamente recortada, limitada y afectada cada vez que el país atraviesa una crisis. Y es que sería difícil oponerse a la realidad que nos azota intempestivamente. Esa realidad que nos muestra que educación y sanidad son los dos pilares sociales que más afectados se ven, tanto en lo positivo como en lo negativo, cada vez que se cambia de gobierno.

Dicho esto, empecemos a reflexionar… Querido lector, súmate a mí y debatamos. Intentemos encontrar juntos una respuesta a ¿Hizo la teoría al maestro? ¿O fue la práctica?

¿La teoría hizo al maestro? ¿O fue la práctica?

Deberíamos trabajar en un nuevo sistema educativo. Plantearnos aplicar la consabida I+D+i al campo de la educación. Son muchos los métodos universales que existen y las distintas vías para alcanzar un objetivo. Hoy en día, todos los caminos pueden llevar a Roma, la diferencia y lo que hay que pagar es el tiempo. Homeschooling, FP, Escuelas Waldorf, Método Montessori… No son más que conceptos que pueden sonarte o no, pero que sin duda, existen. En el caso de España, cuando se finaliza los estudios primarios y los secundarios, pasamos al bachillerato y luego, a la Universidad. Ese sería el camino más rápido, es decir, la autopista. Si no queremos pasar por el estrés de la prueba de Selectividad (prueba de acceso a la Universidad) tenemos la vía del FP (Formación Profesional). El camino es más largo, es una carretera comarcal, en la que tienes que atravesar los pueblecitos y pasar por el centro de cada uno de ellos, pero el destino es el mismo que al que puedes llegar por bachillerato (la autopista).

De todas las formas educativas existentes, el Homeschooling (y seguramente, otras formas que desconozco) no están implantadas en España. Asociamos «estudiar en casa» con la pérdida del desarrollo de habilidades sociales, de contacto con niños de nuestra edad… Como si la carta de presentación del Homeschooling fuera la de niños encerrados entre cuatro paredes, todo el día estudiando. ¿A caso el sistema educativo actual no es, en su mayor parte, una cárcel? ¿Un sistema que limita al estudiante? ¿A caso, se educa en valores? Es cierto que hay escuelas innovadoras, abiertas de mente, que están empezando a implantar medidas de inteligencia emocional, pero (en mi opinión) una asignatura más, que enseñe a los alumnos a regularse sus emociones, a ser capaces de enfrentar el fracaso, a ser autónomos y aprender a trabajar en equipo, a asumir un rol de líder o de seguidor… sería fundamental. Tan fundamental como lo son las letras y las matemáticas.

No pretendo hacer defensa de ningún método concreto. No quiero hacer una apología del Homeschooling o del sistema tradicional. Sino una crítica de lo limitada que es la oferta educativa. Debería haber varias posibilidades. Todas ellas, ponderadas por igual. Porque ya hay varios caminos, pero a la hora de la verdad no dispones de los mismos derechos que si hubieras escogido otra carretera. Cada familia, debería poder escoger aquella carretera que se adapte más a la personalidad del niño en cuestión y a sus capacidades.

Ahora, centrándome en el sistema educativo tradicional (primaria, ESO… y el resto de paradas) considero que la población no está siendo preparada para el futuro mundo del trabajo. Y el problema no radica en si los estudiantes son o no capaces de aprender. El problema reside en que no estamos enseñando cualidades realmente útiles para la vida que hay fuera de los colegios. No les enseñamos a ser líderes, o a abrirse paso como seguidores, o trabajadores comunes. No educamos en que cada uno podemos desarrollar una función en la sociedad. Si con la educación cubriésemos las expectativas reales de los alumnos y hubiera una mayor comunicación que no fuera unidireccional, sino en la que el alumno tomara también palabra, tendríamos futuros empleados felices y satisfechos. Conseguiríamos mejores resultados, desde luego.

La primera habilidad que deberíamos tener cuando dejamos la escuela, no es la de memorizar libros de texto, sino la de la Inteligencia Emocional. Ser autónomos no sólo a nivel intelectual, sino a otro nivel mucho mayor: a nivel psíquico. Construir una personalidad equilibrada y coherente (dentro de lo posible).