Hockey Hielo: Diario de viaje. Objetivo: Mannheim (1)

Por Contralatanca

Ha llegado a las manos… mejor dicho, al disco duro de Contra La Tanca, un documento que, en formato de Diario de Viaje, relata la experiencia que vivieron entre los días 27 y 30 de diciembre pasado, un grupo de jóvenes jugadores españoles de hockey hielo, en categoría Sub11, que viajaron hasta la ciudad alemana de Mannheim para participar en el torneo internacional EnBW Kids Kup que organiza el equipo de los Mad Dogs de esa localidad.

Este equipo estaba formado por jugadores del FC Barcelona, CHH Txuri Urdin y CG Puigcerdà, y se presentaron bajo el nombre de Team Barcelona.

El relato está redactado desde la óptica de uno de los jóvenes jugadores y, aunque no se menciona expresamente al autor, seguro que refleja de forma muy próxima, las sensaciones vividas por ellos y el resto de la expedición.

Contra La Tanca publica, desde hoy mismo, ese “diario”, con la intención de ofrecer a sus lectores una visión de nuestro hockey diferente, seguro que más informal, menos encorsetada, pero a la vez más cercana.

Dado que se trata de un documento extenso, Contra La Tanca lo va a publicar en 4 entregas, entre hoy lunes y el próximo jueves. La de hoy nos explica los días previos a la partida y también el día de llegada a Mannheim.

PRIMER CAPITULO

Esparta – el origen 

Durante la Batalla de las Termópilas (agosto o septiembre de 480 a. C.), y sabiendo que sus líneas iban a ser sobrepasadas por el inmenso ejército persa de 300.000 hombres liderado por el Rey-Dios Jerjes, el rey espartano Leónidas despidió a la mayoría del ejército griego, permaneciendo para proteger su retirada junto con unos 300 guerreros espartanos, la mayoría de los cuales murieron en la batalla.Aproximadamente un año después, y tras ser derrotado en las batallas de Salamina y de Platea, el Rey-Dios Jerjes hubo de retirarse a Asia, poniendo fin a la invasión persa de Europa. 

Tanto los escritores antiguos como los modernos han utilizado la Batalla de las Termópilas como un ejemplo del poder que puede ejercer sobre un ejército el patriotismo y la defensa de su propio terreno por parte de un pequeño grupo de combatientes. Asimismo, el comportamiento de los 300 defensores liderados por Leónidas se ha utilizado como ejemplo de las ventajas del entrenamiento, el equipamiento y el uso del terreno como multiplicadores de la fuerza de un ejército, y se ha convertido en un símbolo de la valentía frente a la adversidad insuperable.  

Domingo, 26 de diciembre de 2010 

Tras varios meses de preparativos, finalmente ha llegado la gran noche, la previa al desplazamiento a Mannheim para participar en la cuarta edición de la EnBW Kids Cup. Durante las últimas semanas hemos tenido que soportar advertencias repetidas de nuestros padres acerca de las nefastas consecuencias que podía acarrearnos un comportamiento inadecuado por nuestra parte (“¡No irás a Alemania, te lo prometo!”), los sermones de nuestros entrenadores, las pullas de los compañeros de equipo que no tienen la suerte de acompañarnos… ¡Incluso hemos tenido que aguantar el doloroso trámite de desenvolver los regalos de Navidad y comernos los turrones con la familia! Por lo menos nuestro compañero Joan ha tenido suerte, porque tenía que subirse a un tren para llegar a Barcelona y así ha podido abreviar la reunión familiar… 

Pero todo eso ya pasó, y ahora tan sólo quedan unas horas para ir al aeropuerto. Hemos revisado la bolsa con los instrumentos de guerra, quiero decir, la equipación de hockey, y todo parece a punto. Mis padres me envían a la cama para que duerma y descanse, pero sé que los nervios no me van a dejar… ¡Ya me gustaría verles a ellos en mi situación! Claro, como no han tenido que enfrentarse nunca a los hunos del Este de Europa!… ¡Madre mía, rusos, checos, holandeses, alemanes, belgas, franceses! Por favor, qué nervios. 

Lunes, 27 de diciembre de 2010 

Desplazamiento a Mannheim 

Ha tocado madrugón, pero total, tampoco lo he notado porque no he pegado ojo en toda la noche. Los nervios previos a la batalla pueden con cualquiera… Una vez llegados al aeropuerto, la alegría de encontrarme con los compañeros ha compensado rápidamente el cansancio nocturno. Hemos facturado las bolsas de hockey sin problemas, y en el control de seguridad no han detectado que bajo nuestra apariencia apacible se esconden unos verdaderos guerreros del hielo. Hay que reconocer que pone un poco nervioso eso de ver como la cinta se lleva las bolsas de hockey y los sticks, la verdad. ¡Como me los pierdan por el camino, os juro que se enteran! 

Una vez en el avión, ya solo nos queda mirar por la ventana, charlar con los compañeros y jugar con las maquinitas. Joan estaba un poco más nervioso que los demás, porque era la primera vez que se subía a un avión. Él ya sabe lo que es volar sobre el hielo, pero hacerlo sobre las nubes es algo muy distinto. Lo que sí está claro es que todos tenemos unas ganas de llegar que ni os las podéis imaginar. 

Para no llamar la atención de nuestros rivales, hemos ido llegando al campo de batalla, Mannheim, en varios vuelos distintos. Con esta táctica esperamos hacerles pensar que tan sólo somos unas pequeñas células independientes, que lucharán cada una por su cuenta al estilo “typical Spanish” de la guerra de guerrillas. Ellos desconocen que hemos venido para plantearles una batalla en toda regla, aprovechando al máximo nuestras habilidades como unidades espartanas de élite. Eso sí, debemos reconocer que nuestros anfitriones nos han dispensado un trato exquisito, porque nos estaban esperando en el aeropuerto para trasladarnos a Mannheim.

Llegada a la SAP Arena y entrenamiento 

Al llegar al destino, lo primero que han hecho nuestros anfitriones ha sido llevarnos a la pista donde se disputará el torneo. ¿Pista? ¡No!, pistas. Vamos a jugar el torneo en un complejo adyacente a la famosa SAP Arena, un estadio con capacidad para unas 14.000 personas donde juegan los Adler Mannheim, equipo de la primera división alemana. Además de la pista principal, el complejo tiene dos pistas de entrenamiento que ya quisiéramos para nosotros en Esparta, digo España. Allá hemos dejado nuestras equipaciones, nos hemos registrado en el hotel (está muy bien) y hemos regresado con el tranvía a la pista. La organización nos ha entregado unas acreditaciones que sirven para movernos por el recinto de la pista y para utilizar gratis el transporte público. Según Leónidas, alias “entrenador” o “coach”, así es como se hace en los Campeonatos del Mundo que organiza la Federación Internacional, de forma que nos hemos sentido bastante mayores.  

Ah, por cierto, esta todo nevado, pero que muy nevado, y la tentación de tirar bolas de nieve es superior al miedo a las broncas de los mayores que nos acompañan. Y ya os podéis imaginar como llevamos los pantalones y el calzado… Pero es que para los que venimos del Sur profundo, esto es una pasada. 

Y por fin… El entrenador nos ha anunciado una sorpresa que se tenía muy callada: 

“¡A las 18.30 horas todos en el hielo para entrenar conjuntamente!”

Nos ha explicado que en los campeonatos internacionales es habitual realizar algunos entrenamientos conjuntos antes de comenzar la competición. Nosotros no hemos podido entrenar todos juntos hasta ahora, y el coach ha conseguido que le cedan la mitad de una pista durante una hora. ¡Así que a trabajar! 

Todos teníamos tantas ganas de tocar hielo que nadie ha salido tarde, todos estábamos perfectamente cambiados cinco minutos antes de la hora prevista. Y hemos salido al hielo ante una cantidad de público tremenda, nunca antes habíamos tenido tanta gente mirando en un entrenamiento. ¿Será que nos ven un poco raros? En fin, nosotros a lo nuestro, porque durante los primeros diez minutos nos ha costado un poco adaptarnos al estupendo hielo, muy duro y liso, de la pista, y algunos estábamos más tiempo por el suelo que derechos. Poco a poco todos le hemos cogido el tranquillo al dichoso hielo, y entonces nos hemos dado cuenta de lo que significa el verbo “patinar”. ¡Qué gustazo! El entrenamiento ha durado una hora y no ha sido demasiado duro, porque se trataba sobre todo de desentumecer los músculos después del viaje, acostumbrarse al hielo e intentar acoplar un poco las nuevas líneas. La verdad es que no pinta mal nuestro equipillo, aunque también es cierto que hemos visto algunos jugadores de otros equipos que parecían volar. 

Final del día  

Después del entrenamiento hemos tenido que salir a toda velocidad, porque perdíamos el tranvía que nos llevaba de regreso al centro de la ciudad. Hemos cenado todos juntos en una pizzería, y con la cantidad de gente que éramos (¡37 personas en total!) hemos armado un buen follón. Pero como el restaurante era italiano, se lo han tomado muy bien. 

Para acabar el día, el entrenador nos ha reunido a todos en una sala del hotel. Ya teníamos bastante sueño, pero aún así nos ha tocado estar atentos. Hemos hablado de juego limpio y respeto” como principios básicos de nuestro equipo, puesto que estamos representando a todo el hockey hielo español en un torneo internacional. Hemos acordado que nuestro objetivo para el torneo es el de “competir”, lo que significa luchar, aprender y disfrutar. Todos hemos estado de acuerdo en que debemos funcionar como un solo equipo aunque provengamos de lugares distintos y equipos rivales en España. Esto ultimo no hacía falta que nos lo dijera el coach, porque para cualquiera que nos vea de fuera está muy claro que todos tenemos muy buen rollo entre nosotros. 

Y finalmente nos han permitido irnos a dormir. Ha sido un día duro, pero mañana aún lo será más.

Hasta aquí la primera entrega. En la de mañana… la hora de la verdad.

El SAP Arena de Mannheim, complejo de pistas de hielo donde se disputaria el torneo.

El entrenador (Sergi Giménez) dando una charla técnica durante el entrenamiento del dia previo a la competición.