Hogar, dulce hogar

Por Frabreum @FRABREUM

Leer: Juan 14:1-14 |"¿Por qué tenemos que dejar nuestro hogar y mudarnos?", preguntó mi hijo. Es difícil explicar qué es un hogar; en especial, a un niño de cinco años. Estábamos dejando nuestra casa, pero no nuestro hogar; en el sentido de que hogar es el lugar donde están nuestros seres queridos. Es el sitio adonde anhelamos volver después de un viaje largo o un ocupado día de trabajo.


Cuando Jesús estaba en el aposento alto, pocas horas antes de morir, les dijo a sus discípulos: "No se turbe vuestro corazón" (Juan 14:1). Los discípulos no sabían qué les sucedería, ya que Jesús había predicho que moriría. Pero Él les aseguró que estaría con ellos y que lo volverían a ver: "En la casa de mi Padre muchas moradas hay; [...] voy, pues, a preparar lugar para vosotros" (v. 2). Podría haber usado otras palabras para describir el cielo -refiriéndose a un sitio inquietante o extraño-, pero prefirió representarlo como un lugar donde estaría Él, nuestro Amado.

C. S. Lewis escribió: "Nuestro Padre nos refresca en el camino con algunas posadas agradables, pero no nos instará a confundirlas con el hogar". Podemos dar gracias a Dios por las "posadas agradables" de la vida, pero recordemos que nuestro verdadero hogar está en el cielo, donde "estaremos siempre con el Señor" (1 Tesalonicenses 4:17).