Ingredientes:
- Masa de Hojaldre.
- Espinacas frescas.
- Queso Fresco.
- Un chorrito de Nata.
- Media taza de queso rallado tipo Parmesano.
Justo el instante que te plantas en la cocina y te preguntas qué hacer para satisfacer el paladar exquisito de los miembros de la familia, incluido nuestro perro, (Porque él es una "Personita" más de la familia, sólo le falta hablar) giras y te diriges al refrigerador con la curiosidad de hallar un tesoro que solucione la incertidumbre que te invade ante la inminente llegada de la hora de la comida y...¡Voilà!., encuentras en el congelador un paquete de masa de hojaldre (Maravilloso invento los paquetes de hojaldres congelados en el super)., que hace días compraste y que olvidaste al fondo del cajón de los congelados. Lo demás es más fácil; buscas y encuentras queso, espinacas, etc, etc, etc. Y ¡Solucionado el problema! Esto es una receta muy, pero muy sencilla, y es que aún tengo mucho que aprender para ser tan buena cocinera como vosotr@s. Espero os guste y sirva como aperitivo para reuniones sociales o simplemente para compartir con la familia.
Ahí va cómo se hacen.
Primero, encienda el horno a 220 grados. Mientras el horno va cogiendo calor, mezcle en un bol todos los ingredientes; las espinacas previamente cocidas en agua y una pizca de sal no más de dos minutos, el queso fresco picado en dados, etc. Estire la masa de hojaldre y vierta la mezcla por encima del hojaldre y enrolle como un brazo de gitano dejando el borde hacia abajo. Lleve al congelador el rollo por unos diez minutos para que sea más fácil cuando corte. Pasado los diez minutos, corte círculos de unos dos centímetros de ancho y coloque separados en una bandeja de horno con el papel anti-adherente que acompaña la masa de hojaldre. Hornee alrededor de 20 minutos o hasta que dore.
¡Que aproveche!