Hemos venido a Davos a atraer empresas a nuestro país, auténtico paraíso para toda empresa que se precie. Nuestra oferta es inmejorable, tenemos más parados, pobres, precarios y subempleados que nadie en Europa, por no hablar de los que para no contarlos hacemos constar como inactivos en edad laboral que ni tienen ingresos, ni tienen empleo, ni lo buscan activamente según informan los funcionarios dedicados a ello.
Toda esa chusma, básicamente, carece de ingresos o son tan insuficientes que deberán aceptar trabajar en lo que sea por lo que sea, aunque no les llegue ni para sobrevivir, lo cual es un entorno inmejorable para las empresas, pagar una mierda y cobrar mucho por el producto. Como dijo aquel presidente de la organización de empresarios heredera directa de la patronal del sindicato vertical de la dictadura, ahora en prisión por numerosos delitos, la gente debe acostumbrarse a trabajar más y cobrar menos, y en eso nuestro país destaca en toda la eurozona.
Y aquí en la comitiva me acompañan representantes de las distintas administraciones que han legislado para que se den las condiciones tan óptimas para la inversión, ¡Ministerio de Trabajo!, ¡Asuntos Sociales!, ¡Servicios de Desempleo!...pido un aplauso para todos ellos que han hecho posible este negocio tan rentable para los inversores. Porque hemos mantenido siempre la máxima coherencia de objetivos: para nosotros el Estado blindado y para los demás el libre mercado.
Por no hablar de la corrupción, que siempre es un buen dato porque sabes que la maraña burocrática existe sólo para el que no pague la extorsión, porque legislamos en función del sobronos que percibamos, como bien sabe todo el mundo más allá de nuestras fronteras. Y además, las empresas podrán gozar de todo tipo de artimañas fiscales para no pagar impuestos, como pagar asesores fiscales de la propia administración, siempre que sea en negro, claro, que esas cosas es mejor pagarlas en mano. No hay problema, porque si no redistribuímos no es necesario que se paguen más impuestos que los de pagarnos nuestras nóminas y el resto, para corrupción. Destinamos unos cien mil millones al año para este fin en los presupuestos desde hace décadas como se ha demostrado judicialmente.
Y es por esto que venimos aquí al Foro de Davos, porque queremos atraer empresas que quieran venir a nuestor país a beneficiarse de explotar a nuestros súbditos por unos sueldos de mierda y en condiciones de precariedad y subempleo dignos del llamado Tercer Mundo, pero en Europa con sol y playa, bebida y comida, y si es necesario volquetes de putas o chaperos con cargo a los contribuyentes.
Porque estimados señores multimillonarios del mundo, hoy sí podemos decirlo con el pecho henchido de orgullo patrio, mientras nosotros controlemos en cortijo y esos no puedan oponerse porque hemos secuestrado la democracia y no tienen ningún mecanismo para defenderse de nuestros abusos, seremos unos hijos de la grandísima puta, pero somos vuestros hijos de la grandísima puta. Gracias por su atención y esperamos sus inversiones hacia nuestro país.