Una de las cosas que más me sorprende de mi persona es la capacidad que tengo para quedarme dormida en cualquier lugar sin ningún problema, por eso nunca he comprendido a esa gente que cuando viaja sufre con los cambios de hora , y no va al baño durante ocho días, y comienza a estornudar porque al parecer, después de seis horas, aún no se ha adaptado a los gérmenes de su nuevo país.
De camino al hotel ( ois, que estoy en Nothing Hill, que si no lo digo reviento) me he quedado dormida tres veces en el metro, como si siempre lo usase y fuese toda una experta en el focking tube de London. Es decir, ¿ y si viene un malandro y me roba mis cosas?, ¿o es que acaso no hay malandros en Londres? , ¿en que cabeza cabe , que todavía estaba Ana Bolena viva la última vez que vine a Londres, que me de el sueño y me quede dormida entre tanta gente, con tanto ruído y en hora punta?...si , así soy yo.
No entiendo mi sistema. He dormido nueve horas esta madrugada. He dormido las cuatro horas del trayecto en avión, y además me he agenciado una hora más by the face desde una punta a otra de la ciudad...y aún sigo teniendo modorra. ¿ Es el Otoño?, ¿ Es en invierno, que is coming?!...No, es el cansancio acumulado, que ya me rebosa por las neuronas, por eso decidí venirme. Bueno, por eso y porque mi amiga Tania me dijo que venía y yo me acoplé, y porque Londres es la ciudad más bonita del mundo en Navidad. Todo el mundo lo sabe.
Está comprobado. Esta decoración vintage con sus adornillos escrupulosamente dispuestos para que a todos los posibles emigrantes se nos llene el corazón de envidia y nos vengamos a cotizar aquí, esas pastelerías de cupcakes artesanales hechos con muchísimo amor por dependientas de amplia y delicada sornrisa, rubias y altas como ellas solas, esas fresas con chocolate que hay por todos laos, que no se como no se ponen como focas...Si, Londres es lo más en navidad, y deberíais saberlo...y además, no se si lo estoy escribiendo de nuevo, pero Nothing Hill es bello. Bello de día, con sus vecinos saliendo a currar, y sus minis impolutos, bello al mediodía, cuando la peña baja a sus tiendas artesanales a por sus sánwiches ecológicos y bello a la hora del té, con sus vecinas elegantemente vestidas, elegantemente puntuales con sus maxi bolsos de Ted Baker, sus niños rubios de ojos claros y el puto perrito inglés.
Este sitio es posiblemente uno de los lugares más mágicos, chics, románticos y bohemios de la historia de los posibles sitios para vivir, y además tiene más de tres tiendas de paperchase en una calle normalilla, un montón de sitios molones que no durarían abiertos en España ni tres días, y unas fachadas victorianas que hasta dan ganas de replantearte la vida. Los jardines de Kensintong están cerca, Peter Pan es oriundo de la zona, y las tiendas de libros de segunda mano son grandes paraísos, que si pudiera no tardar un mes entero en leerme y traducir los textos, me compraría montones.
Se me olvida lo más importante : Si Nothing Hill no fuese todo eso que os acabo de escribir, también seguiría siendo uno de los lugares más hermosos para vivir, y no porque esas casas de color rosa que salen en todas las fotos de el interné sigan siendo igual de bonitas sin los filtros de instagram, o Portobello Road roce lo modernamentepornográfico. Nothing Hill seguiria siendo bello porque Idris Elba tiene una casa aquí, y si sigo callejeando, quizás pueda encontrármelo y declararle mi amor platónico incondicional.