Una imagen pretenciosa para empezar el año.
Por Etienne Girardet en Unsplash
Aprendí mucho con la experiencia, que debió haber durado unos 4 o 5 años (mi memoria no es tan buena). Entendí sobre escritura, diseño web, y técnicas de SEO y marketing digital, temas que probablemente eran muy raros de conocer a esa edad. También pude aprender sobre tecnología y cultura, al mismo tiempo que leía y reportaba de vuelta en mi espacio a quienes leyeron lo que tenía que poner. El Internet era muy diferente entonces, las redes sociales no había superado a los foros como medios de comunicación. Google Reader aún existía, y la principal manera de consumir noticias era guardando los feeds RSS de sitios. Ciertamente, los blogs han caído de moda desde entonces, el diseño en smartphones ha consumido la mayor parte de la cultura en Internet, y los vídeos y comentarios short-form han logrado la popularidad mainstream que los bloggeros de entonces jamás pudieron imaginar.
Eventualmente, la experiencia de escribir dejó de ser interesante. Tal vez porque llegué al punto en que me dedicaba a repostear noticias que leía de algún otro sitio, o porque en el 2013, me empezó a parecer que el mundo dejó de ser tan interesante. Sea cuál sea, ha pasado más o menos una década desde que cerré mi blog inicial. Yo también he cambiado, y las cosas que me parecieron tan importantes en el 2013, ya no son tan importantes ahora. Las cosas que me parecieron irrelevantes entonces, se volvieron extremadamente interesantes en el 2022. En una posición ligeramente distinta en la vida, con una carrera, mi perspectiva ha cambiado enormemente.
Con el cambio de año, el mundo ha vuelto a ser interesante. Tal vez por la conmoción que ha pasado el mundo con una pandemia mundial, o por el avance de la tecnología hacia lugares extraños, o por los cambios sociales que han ocurrido en la última mitad de década. En un intento por volver a lo clásico (y tal vez encontrar que los blogs aún funcionan), seguiré escribiendo en este espacio, en español o en inglés, dependiendo de cómo se me dé. Si mis skills de SEO aún sirven de algo, tal vez alguien se encuentre aquí, leyendo lo que escribo por interés, curiosidad, u odio. Si no, al menos tendré algo con qué ocupar mi tiempo.
Si resulta ser la primera opción, me pueden seguir en Twitter, donde posteo mis malas opiniones de manera mucho menos matizada y en unos cuántos caracteres para los dioses de las redes sociales. También pueden vinear mis proyectos en itch.io, como buen desarrollador de videojuegos.