En el once de Van Maarwijk se podían ver varios rostros conocidos para la Liga Española, como Gio, Sneijder, Van der Vaart o Van Bommel. Japón, por su parte, lo confiaba todo a Honda. Con el paso de los minutos se pudo ver como brillaba el fútbol…por su ausencia. Un partido más de este Mundial en el que se pudieron ver pocos detalles de buen fútbol. Esta siendo la tónica habitual de la cita mundialista, y es una autentica pena ya que hay grandes equipos y fenomenales estrellas, pero no terminan de encontrar ese puntito para enseñarnos un buen juego.
La primera parte bien sirvió para echarse un sueñecito mañanero, mucha imprecisión y pocas ocasiones de gol. Por parte de Holanda, las ocasiones las pusieron Kuyt y Sneijder, este tras un saque de falta. Japón fue quien más se aproximó y buscó el gol, por medio de Tanaka y Honda, ambos de cabeza, y un tiro desde fuera del área de Matsui, sin demasiados problemas para el meta oranje.
Tras el descanso, más de lo mismo. Fútbol, poco, y ocasiones, pocas. Japón seguía fiel a su estilo: esperar, contraatacar, e intentar sacar provecho de las jugadas a balón parado. Demasiado poco para pretender conseguir los 3 puntos. Aunque bien es cierto que Holanda no es que mereciese ese premio en demasía… Premio que se terminó encontrando más bien por cuestión de azar, cuestión de suerte, esa suerte que a nuestro combinado le faltó en su encuentro ante Suiza. Van Persie se encontró un balón suelto en el área, que no dudo en dejar hacia atrás para que Wesley Sneijder pegase un zambombazo de los suyos. El meta japonés acusó sus manos blandas y vio como el famoso Jabulani terminaba en el fondo de la portería.
Tras el gol, el seleccionador japonés empezó a mover el banquillo, y puso en el verde al ex jugador del Espanyol, Nakamura, seguramente con el objetivo de trenzar mas jugadas para poder aproximarse a la meta holandesa. Holanda reaccionó y también hizo un par de cambios, sacando a Eliay y Afellay, quien tuvo dos clarísimas ocasiones para sentenciar el encuentro, estando desacertado en ambas. Y ya se sabe que una de las máximas del fútbol dice que el que perdona lo termina pagando… A punto estuvo de cumplirse el tan mencionado dicho, y es que justo cuando se estaba cumpliendo el minuto 90, Okazaki tuvo el gol en sus pies, enviando la pelota fuera tras no saber aprovechar una buena dejada de su compañero Tanaka.
Y así terminó el partido, dejando a Holanda como líder de grupo con 6 puntos, y virtualmente en octavos de final, pero muy lejos de su mejor juego, juego que tendrá que encontrar si quiere salir viva de los próximos cruces.