Joseph Wambaugh fue sargento de Los Angeles Police Departament (LAPD) y eso le ha servido para contarnos todos los entresijos de esta policía tan Hollywoodiense, para novelarnos sus anécdotas y sus desgracias, sus arrestos, sus patrullas y sus redadas. El libro nos cuenta el día a día una comisaría de Hollywood, su rutina. La novela es como una serie, esta esquematizada como una serie de televisión, en cada capitulo hay varias escenas con diferentes agentes o anfetamínicos, ladrones, etc.…
Todos los capítulos, las escenas, van saltando de unos agentes a otros en un mismo hilo conductor, que cuenta varias historias paralelas que se cierran y abren durante el libro. Rutina policial pura y dura. Si te apasiona la policía de Los Ángeles, la jerga policial, su funcionamiento, sus intimidades, Hollywood, y todo eso, este libro te encantara. Esto es una novela policíaca, de policías, no una novela negra. Leer las intimidades de una comisaría esta genial, pero he de confesar que me ha pillado en bragas, creí que iba a leer una novela negra con algún asesinato y su desarrollo para pillar al malo. Nada más lejos de la realidad, en Hollywood Station vemos como se detienen anfetamínicos, como hacen su ronda los agentes, como se llega a los avisos de la central, controles rutinarios a conductores, agentes femeninas de cebo haciendo de prostitutas, etcétera.
Como he dicho, Wambaugh conoce el producto, y lo describe a la perfección, y es absolutamente creíble. Y es perfecto si te Encanta ese rollo. Pero si no te gusta demasiado el tema LAPD o la novela americana o simplemente lo policial, puede que te aburras a mitad del libro. Porque en el libro no pasa nada Emocionante, hay alguna detención, palizas, atracos y asesinatos, pero no esta expuesto de una manera Emocionante, me explico; la rutina no es emocionante, es simplemente rutina, y en el libro se refleja a la perfección, el libro refleja la rutina policial, aunque también nos deja entrever algo de la vida de los agentes, pequeñas pinceladas, y en ese conjunto no hay Emoción. No hay mas emoción que la de pilar un ruso que ha rajado a un universitario dos capítulos atrás, o la de detener a un anfetamínico que roba correo de un buzón en medio de la calle.
Es un libro absolutamente genial, no nos equivoquemos, pero es genial porque refleja a la perfección lo que quiere reflejar, es perfecto porque cumple intachablemente su función: hacernos disfrutar de un libro sobre el Departamento de Policía de Los Ángeles. Los personajes son absolutamente policías, y sus personalidades, distintas y ricas. Los diálogos son una fuente inagotable de sonrisas y son en muchas ocasiones disparatados y muy americanos.
Wambaugh es un tío al que hay que leer. Hay que leerlo dejando aparte a detectives privados, forenses, policías retirados, periodistas metidos a investigadores, comisarios etcétera. Hay que leerlo con ganas de pasear en un blanco y negro* y hacer un código siete* *en la hamburguesería de turno. Wambaugh es un tío diferente, y se merece un trato diferente.
Por no hablar del excelente prologo que tiene esta novela, del que ya os hablé
P.or desgracia, hay que destacar los numerosos errores de traducción, descuidos de pronombres y confusiones con los nombres, pobre Joseph…
* un blanco y negro es un coche de policía de Los Ángeles.
** un código siete es como se llama al descanso para comer.