En el Congo, una mujer es violada cada 8 minutos
No. No voy a hablar del ébola, porque ya bastante circo se está montando. Hoy vengo a hablar de otro tema. Datos tan escalofriantes como el de arriba nos indican que aún queda mucho trabajo por hacer en cuanto a la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Sí, vale. Es el Congo, pero no hace mucho se planteó una ley en nuestro país que arrebataba la libertad de las mujeres a elegir qué hacer con su propio cuerpo. La tan temida como sonada Ley del Aborto no ha hecho sino avivar la indignación que cada vez más mujeres expresan en público ante la desigualdad de género que existe en nuestra sociedad actual. Que parece mentira que para muchas cosas estemos muy avanzados, con nuestros cacharritos de última tecnología, y todavía se estén cobrando salarios desiguales tan solo por la posibilidad de ser madres.
Definición de la RAE:
El feminismo no se ha librado de la connotación negativa. “El feminismo es como el machismo pero en mujer” Ésa es la visión que tienen muchas mujeres del concepto. La errónea idea de que las feministas buscan la supremacía de la mujer por encima del hombre ha desencadenado tanto odio que hasta se ha creado el movimiento Mujeres contra el feminismo.
Estamos rodeados de estereotipos socialmente aceptados. El color rosa y el azul, Action Man y Barbies, el salario por un mismo puesto, el acoso sexual, la separación de colegios según los sexos, la frivolización de las emociones hasta el punto de llamar maricón a cualquier chico que sea más sensible de lo habitual y marimacho a cualquier chica que prefiera el fútbol antes que la gimnasia rítmica, y un largo etcétera. ¿Qué hay de malo en ser uno mismo? La mala costumbre de etiquetar todo nos viene de antes, mucho antes, y más ahora, con las tendencias “hipster” “indie” “perroflauta” y “folk”, entre otras. El ser humano parece presentar un miedo atroz a vivir en una sociedad en la que no se ponga nombre todo cuanto aparezca, y no se controle todo lo nuevo que se presenta como desconocido. ¿Volvemos a la teoría del Lobo Estepario?
El feminismo se ha puesto de moda estos últimos meses. De moda. O sea, que un movimiento social que parte del siglo XX se ha visto reducido a una tendencia temporal de un momento puntual en nuestra historia. ¿Marketing? ¿Oportunismo? Lo que está claro es que las feministas reales están en contra de todo este circo que se ha montado recientemente.
Feministas, no feministas y coherencia
A mi parecer, existen tres tipos de feministas:
- Las feministas de verdad, cuyos fundamentos de protesta se sustentan sobre las bases creadas por Simone de Beauvoir con su obra “El segundo sexo (Le deuxième sexe – 1949)
- Las mujeres que dicen ser feministas pero ni luchan por causas concretas ni se ciñen al diálogo feminista. Artistas como Beyoncé o Miley Cirus han aireado alegremente ser feministas. La primera parece escudarse en el movimiento para vender discos, y la segunda habla de ello mientras se presenta ante el público ligera de ropa, con movimientos provocadores y obscenos que más que buscar la igualdad y respeto por las mujeres, incita a considerarnos como meros objetos sexuales. Por no mencionar la vergüenza ajena que me inspira. Precisamente el feminismo no defiende enseñar carne, sino todo lo contrario: conseguir lo que nos propongamos por nuestros propios medios, porque tenemos derecho a ello, y no por nuestros atributos femeninos.
- Feministas a medias; aquellas que defienden la igualdad de las mujeres pero no se consideran feministas. Como dice Katy Perry, “no soy feminista pero creo en las mujeres“
Por otro lado, también considero que existe otro grupo de mujeres, las no feministas:
- “No soy feminista, adoro a los hombres” Así se pronuncia Lady Gaga cuando le preguntan por ello. Tiene el erróneo concepto de que el feminismo odia a los hombres.
- “Un hombre es hombre y una mujer es mujer” El concepto Disney de los cuentos de hadas ha hecho mucho daño, sobre todo en nosotras, que todavía esperamos que aparezca el príncipe azul a rescatarnos cuando nosotras nos valemos de sobra para salir adelante sin nadie que nos diga lo maravillosas que somos. ¿Por qué seguimos cayendo en el tópico de que los hombres tienen que rescatarnos?
“¿Cómo esperamos que nos respeten los hombres si ni nosotras lo hacemos?” - Shailene Woodley
La coherencia ante todo. La realidad es que el feminismo es reconocer que aún no somos iguales. Si soy sincera, soy la primera que evitó ver el discurso de Emma Watson en un principio porque no promulgaba con el concepto de feminismo. Formaba parte de la ignorancia que pondera en torno al concepto. No entendía cómo se podía defender la igualdad de género si la propia denominación del movimiento es igual de discriminatoria que el mundo en que vivimos. Ahora que sí me considero feminista, sigo pensando que “feminismo” como término es erróneo, algo que Emma Watson también lo reconoció.
Pero si analizamos en su contexto específico el mensaje que quiere transmitir el feminismo, me he dado cuenta de que, al igual que Emma Watson, soy feminista desde hace unos cuántos años ya, solo que ni me he molestado en ponerle etiquetas a lo que yo creía y creo justo. Más que un movimiento, es sentido común. ¿Debemos cobrar menos por dar a luz? ¿Debemos ser tratadas como el sexo débil por nuestra tendencia emocional en detrimento de la racional? Está claro que los hombres y las mujeres no somos iguales, ni física ni mentalmente. No podemos establecer una igualdad plena de género en ese sentido, porque no la hay. Pero sí se puede luchar por tener una igualdad de condiciones con respecto a los hombres. Éso es lo que yo defiendo. Éso es lo que yo aplaudo.
Y de nada sirve luchar por la igualdad de derechos si los propios hombres no nos apoyan. De ahí el campaña solidaria HeforShe iniciada por Emma Watson. Porque una verdadera feminista no se limita a hablar de ello, sino que además, pone su grano de arena para contribuir con la causa.
¿Que qué he aportado yo a la causa? Este post. Yo, aquí y ahora, he querido dirigirme a todas aquellas mujeres y niñas que tienen un concepto equivocado acerca del feminismo. Puede que sea porque yo me incluía en ese grupo hace unas semanas. O puede que simplemente me guste que tengas toda la información posible antes de formar tu propia opinión y postura al respecto. Si quieres odiar al feminismo, adelante. Pero al menos sé consciente de por qué.
Dato* El hembrismo es el homólogo femenino del término “machismo”; defiende la supremacía del género femenino por encima del masculino. Muchas mujeres se escudan en el concepto del feminismo para expresar un odio visceral al hombre. No son feministas. Son hembristas, y hay que saber diferenciarlas.
Y tú, ¿qué opinas?
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