Haruki Murakami ofrece a los lectores siete relatos en torno a la soledad que precede o sigue a la relación amorosa: hombres que han perdido a una mujer, o cuya relación ha estado marcada por el desencuentro, asisten inermes al regreso de los fantasmas del pasado, son incapaces de establecer una comunicación plena con la pareja, o ven extrañamente interrumpida su historia de amor. Otros experimentan atormentados amores no correspondidos o, incluso, como en el relato protagonizado por una metamorfosis kafkiana, desconocen todavía los mecanismos del afecto y del sexo. Sin embargo, las verdaderas protagonistas de estos relatos son ellas, las mujeres, que, misteriosas, irrumpen en la vida de los hombres para luego desaparecer.
A diferencia de algunos de los libros que hemos reseñado en el blog (Tokio Blues, Kafka en la orilla), este no está compuesto por una historia, sino que son siete relatos con un punto en común; la mujer. Ya sea directa o indirectamente, la mujer tiene un papel fundamental en todas las historias que Murakami nos narra.
Me ha gustado, aunque no me ha impactado tantísimo como acostumbra y tampoco ha despertado al 100% eso que el escritor japonés suele despertar en mí. La prosa sigue siendo maravillosa, en eso no cambia. Pero las historias, en lo personal, no me han transmitido tanto como creí que lo harían. Aunque hay tres relatos que me han gustado por encima de los demás, con alguno me he quedado un poco fría. No tanto por los sentimientos y sensaciones que en ellas se plasmaban, ahí no tengo ninguna pega, sino por el pensar: "me falta algo". Quizá tenga que ver con el hecho de estar acostumbrada a novelas largas de él.
No obstante, no quita que sería un libro que volvería a leer, por mucho que pueda parecer contradictorio. La pérdida, el dolor, la soledad, el vacío... Vuelven a convertirse protagonistas, como en prácticamente todas las novelas de Murakami. La maestría con la que describe los sentimientos me asombra; a pesar de ser historias cortas, todas ellas funcionan y se valen por sí mismas; cada una es una obra diferente y tienen, dentro de ese nexo común, sus propias variaciones y diferencias.
Yesterday, Un órgano independiente y Hombres sin mujeres son esos relatos que sí me han conmovido y me han hecho saciar un poco ese hambre que tenía de Murakami. Me parecen historias únicas que en muy pocas páginas -sobre todo la última- crean un mundo muy complejo lleno de sus características habituales pero a la vez con características propias.
Preferencias aparte, la verdad es que Murakami lograr fabular siete historias de una manera sensacional. Admiro su capacidad de crear tanto en tan poco. Y aunque el listón está muy alto porque es muy difícil colocarla entre mis obras favoritas del japonés, ha sido una buena y recomendable lectura.