Home Exchange, intercambio de casas basado en la hospitalidad

Por Martineznotte Alejandro Martínez Notte @martineznotte

Home Exchange es la comunidad global de intercambio de casas número uno del mundo. Sus 450 mil usuarios de todo el globo se conectan gracias a la tecnología, que nace en el paradigma de la “economía colaborativa pura y dura” como lo define Pilar Manrique Medina, su portavoz en España.

Intercambio de casas: Una tendencia al alza

En la tierra de Cervantes, en 2018, el intercambio de casas creció 40% respecto al año anterior, lo que marca una tendencia clara: sea por economía o por experiencias, el público explora, cada vez más, nuevas maneras de viajar.

¿Por qué crees que la gente elige esta nueva forma de hacer turismo?

Bueno, entiendo que la razón inicial es económica. Con Home Exchange los usuarios viajan sin intercambio de dinero y eso ahorra mucho costo. Solo se paga por la membresía anual para sostener el servicio de la plataforma.

Pero, a decir verdad, el motivo principal es la experiencia. El perfil de nuestro público son familias con niños pequeños, y para ellos es cómodo, porque llegas a una casa real, vivida, con uso. Dispones de las comodidades que necesitas y la hospitalidad del anfitrión.

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¿Ustedes definen como anfitrión a quien deja su casa para intercambio, aún cuando no esté para recibir al huésped?

Las dos modalidades son válidas. Existe la posibilidad de recibir a alguien en casa, tanto como puedes hacer intercambio recíproco, es decir, intercambio de casas al completo: voy a la tuya y vienes a la mía.

Incluso, ofrecemos Guest Points, que son puntos que obtienes si alojas a alguien en tu casa, pero tú no viajas.

En ese caso, estos puntos son una forma de retribución que luego puedes utilizar tú para tu próximo viaje, en la misma modalidad, con otro miembro de Home Exchange.

En definitiva, para que cualquiera de esas opciones funcione, la comunicación es clave. Las reglas deben estar claras.

La plataforma alimenta la comunicación fluida entre los miembros que van a intercambiar. De hecho, incluso se dejan claros los límites del uso de la casa. Y por ello la experiencia de viajar y alojarse resulta completamente diferente a la del turismo tradicional.

¿Por qué crees que resulta más placentero llegar a la casa de alguien que vive allí todo el año -donde los electrodomésticos están gastados por el uso, y las cosas tienen dueño- que llegar a donde todo está impecable y dispuesto para el turista tal como lo conocemos?

Es una experiencia mucho más auténtica. Imagínate que llegas a una casa donde viven dos niños y tu tienes dos niños también.

Bueno, ellos van a poder jugar con todos los juguetes que encuentran. Eso no ocurre en un hotel, donde todo es mucho más frío.

El lema de la comunidad Home Exchange es disfrutar de la hospitalidad del otro. Así que es muy probable que el dueño de casa te deje su bicicleta, o los juguetes de los niños, tanto como referentes en el barrio o lugares donde ir. Eso no ocurre en un viaje turístico tradicional.

De hecho, una anécdota mía viene justo a cuento: yo suelo intercambiar mi casa, y mis hijos, cuando viajo, no quieren salir de la casa de intercambio, porque les encanta descubrir y usar los juguetes que encuentran.

También es cierto que, de esta forma, puedes disfrutar de tus vacaciones mucho más tranquilo y despacio, sin la presión del hotel.

Toda la experiencia es mucho más personalizada por la comunicación que mantuviste previamente al intercambio de casas.

Generalmente, la familia que te dejó la casa te apunta teléfonos de contacto, te conecta con un vecino o hace que un familiar te reciba.

Ese familiar es el que te abre la puerta y te explica todo sobre la casa, y es tu contacto local por cualquier problema que puedas tener.

Como se vive un intercambio de casas

¿Pero todo esto no puede ser experimentado como una invasión a la intimidad del otro?

La base del intercambio de casas es la confianza –enfatiza. Y en ese sentido los miembros de Home Exchange conforman una comunidad, y en su ADN esta el respeto.

Tu tienes instrucciones de cómo usar las cosas de la casa, y cómo la dejarás cuando te vayas.

¿Las instrucciones podrían ser “no uses la ropa, no abras el armario o este o aquel cajón…?

Claro. Por ejemplo, generalmente tú le dejas un cajón a la otra persona para que guarde sus cosas, y se lo indicas.

Y confías en que el otro respetará lo que le señalas, porque entiendes que tú tampoco lo harías.

Es decir, ambos se portan como querrían que se comporten con ellos. Normalmente, de todas formas, nadie usa la ropa de nadie salvo un acuerdo previo sobre eso.

Mira te cuento un caso: hace poco conocí a una familia de Madrid que hizo un intercambio de casas con una de Finlandia, para Navidad.

Los hijos de ambas tenían edades parecidas, y entonces los finlandeses les dejaron la ropa térmica a los españoles para que puedan abrigar a los niños.

Eso es aparte, y queda en la generosidad de cada anfitrión. Pero los objetos personales habitualmente no se tocan. Hay un límite allí que nadie pasa.

Resolución de imprevistos en el intercambio de casas

¿No ocurrió nunca que alguien encontró, por curiosidad, el saco de otro, le gustó, se lo puso y salió a caminar, y quizá subió a Instagram una foto?

Se ríe con ganas-. No, no es para nada habitual y no me ha tocado tener que resolver nada parecido a eso.

Hay una idea de no hacer lo que no te gustaría que te hagan, porque recuerda que si tú estás en casa de otro es porque también tú abriste las puertas de tu casa.

Claro, pero se me ocurre que yo trataría de confirmar de alguna forma que el otro cumplió con lo que le pedí. Entonces, por ejemplo, pondría cámaras o micrófonos…

¡No, aquí la confianza es intrínseca! Nada de cámaras ni micrófonos porque entonces invadirías la intimidad del huésped.

Habría que ver, incluso, si eso sería legal. Pero, de nuevo, aquí no se trata de comprobación sino confianza.

Okey. Y ¿cómo resuelve la plataforma un daño, una rotura, o cuando un objeto falta en la casa?

En ese caso Home Exchange sí tiene un papel relevante como plataforma global. Por supuesto, un imprevisto puede ocurrir. Por ejemplo, viajas con un niño pequeño, y el niño rompe algo sin querer.

Pues bien. La plataforma ofrece servicio de mediación antes, durante y después del intercambio de casas. Antes, porque puede que uno de los dos miembros quiera cancelar el intercambio de casas porque tuvo un accidente, entre mil imprevistos.

Bueno, en ese caso Home Exchange intenta ofrecer a la contraparte un destino similar, en similares condiciones, para que pueda viajar.

Pero si no se lo encuentra, o el viajante no lo acepta, pues hay un seguro de cancelación alojando al turista en un alojamiento tradicional, en el destino al que pretende ir.

Luego, en caso de daño, ofrecemos un seguro que cubre hasta cierto monto y depende del acuerdo que las partes hayan firmado.

Me imagino que algo parecido ocurre si desaparece un objeto de una de las casas de intercambio.

Claro, exactamente, pero hay que ver cada caso. Hay todo un marco legal y de condiciones para que el acuerdo de intercambio de casas sea oficial para nosotros, y según eso es que trabajamos para que el intercambio de casas ocurra de la mejor manera, y la más segura, lógicamente.

Claro allí el rol de Home Exchange es central. Pero ¿cómo se sostiene económicamente la plataforma, si no hay dinero de por medio?

Bueno, tú puedes registrarte en la web en forma gratuita, subir la información de tu casa, las fotos, el destino al que te gustaría viajar, etcétera, y hasta allí no tiene costo.

Pero cuando llega el momento en que tienes que cerrar trato con otro miembro, pues allí es que pagas la membresía de un año, por 130 euros.

Entonces, abonando esa suma, ya tienes cubierto un año de uso de la plataforma para cerrar todos los intercambios que quieras, en ese plazo.

En un contexto tan ríspido acerca del uso de los datos personales ¿cómo manejan ustedes esa información? ¿Reciben ofertas de empresas para hacer marketing con los datos que ustedes acopian?

A ver. La plataforma funciona vinculando tu propuesta con lo que tú estás buscando, ofreciéndote filtros de búsqueda.

Y arma un ranking de aparición en resultados, según la velocidad con la que respondes cada correo, y el total de respuesta a consultas, además de completar el perfil requerido.

Al mismo tiempo, las condiciones de uso y privacidad están a la vista y no hacemos nada de eso.

Es decir, somos una comunidad y no recibimos inversión privada, aun cuando por nuestro servicio sí es necesario validar la identidad de las personas que se anotan, porque es importante que sean reales, tanto como las propiedades que se ofrecen.

En ese sentido pedimos documentación que respalde el perfil que se suma a nosotros, pero mantenemos el anonimato.

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El futuro del intercambio de casas

Home Exchange se fusionó con Guest to Guest e Intercambio Casas, dos proyectos que no pudieron sostenerse. ¿Cómo ves el futuro del intercambio de casas y las nuevas formas de viajar?

Bueno, creo que en el futuro cercano esta forma de hacer turismo se va a estandarizar.

Lo primero que va a ocurrir es que vamos a acostumbrarnos a que existe esta forma, y será una opción más dentro de las posibilidades de viajar. Ya no nos sorprenderá como hoy todavía ocurre.

Además, creo que seguirá creciendo sobre todo porque es una forma muy sostenible de viajar.

No sólo por el bajo costo, sino que, por ser colaborativa, no está sujeta a especulación financiera, como las demás propuestas.

Y sobre todo hay que recalcar que de este modo se viaja utilizando los recursos disponibles ya existentes. Eso es fundamental.

Otro detalle: no hay que olvidarse de que este modo de alojarse se basa en la comunidad local. Al llegar a un sitio intercambiando casas, tú te conectas con la ciudad, o el barrio, mucho más que de otra forma.

Al final, casas hay en todo sitio, y si el anfitrión te cuenta las bondades del lugar donde vive, y te explica por qué es bonito beber en tal o cual bar, no se trata sólo de ir a París a conocer la Torre Eiffel, sino de descubrir lugares que ni te esperas.

De hecho, piensa que el intercambio de casas juega con un factor sorpresa. Muchas veces, tú no estás planeando ningún viaje, pero te llega una propuesta de intercambio a tu correo y lo abres pensando “de dónde me estarán escribiendo” y al minuto te ves mirando el mapa y buscando un lugar que jamás se te había ocurrido.

¡Pero ahora que te invitan a intercambiar, comienza a ser tu proyecto de viaje! Eso para mí es alucinante.

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