Bobby Fischer nos dejó huérfanos tras su inolvidable conquista de 1972, pero entonces en el universo del tablero surgió Tolia y la cosa se calmó, cuando vimos a Kárpov ganar torneo tras torneo.
Hasta Kaspárov necesitó primero empaparse de toda su sabiduría estratégica para poder luego destronarle y eso dice bastante a su favor.En el Campeonato de la región de Cheliabinsk que concluyó en Enero de 1963, el pequeño Tolik, entonces con sólo 11 años, se enfrentó en la última ronda a uno de sus mentores, el maestro Leonid Gratvol, del que escribimos en la crónica anterior.Surgió la paradoja de que la victoria en aquella partida le daría la norma de Candidato a Maestro del "Deporte Soviético" a Kárpov, mientras que de vencer Gratvol, éste se proclamaría Campeón Regional.Decenas de fans, cuenta Roshal, se arremolinaron alrededor del tablero. Tolik jugaba con blancas. Durante mucho tiempo la posición permanecía igualada y cuando las negras se dieron cuenta de que no tenían chances de victoria, Gratvol sugirió a su joven alumno que la partida debería finalizar en tablas.Conociendo a Kárpov como creo que lo conozco, ¡como pocos!, ya incluso con aquella edad, habría que imaginarlo perplejo, sin saber qué decir. Pero lo cierto es que calló y rápidamente hizo un movimiento y salió corriendo del tablero a un ¡lugar seguro! ...Gratvol, se encogió de hombros, se puso a pensar y pronto se dio cuenta de que Tolik estaba jugando ¡a ganar! y que aquella jugada era sólo el comienzo de una "fina maniobra" que lo encauzó, de pleno, a ser el "candidato a Maestro" más joven del país...Es una pena que esa partida no esté disponible. ¡Cuántas gemas se habrán perdido a lo largo de la historia del noble juego-ciencia!.Pero poco antes, se dio en Zlatoust un enfrentamiento entre el amigo (ajedrecístico) de Tolik, Sasha Kolishkin y el joven prodigio soviético, que pasaremos seguidamente a rememorarlo:
Reproduzca la partida en pantalla o descárguela en el siguiente enlace:Y ahora, queridos lectores, cerremos los ojos. Vayamos al Palau de la Música de Barcelona. Imaginemos a Kárpov en el centro del escenario,
Angel Jiménez Arteaga
aarteaga61@gmail.com