2 octubre 2014 por matthewfragel
Esta vez no me va a pasar lo de siempre: me dispongo a escribir un título brillante.
Será conciso pero denso. Captará la vista sin resultar estridente. Tendrá una longitud proporcionada, adecuada al medio, al género y al tono. Será humorístico pero no chabacano. Mordiente pero no cínico. Ingenioso pero no cargante. Elegante pero no estirado.
Resumirá el artículo sin reventarlo. Lo venderá sin prostituirlo. Será su carta de presentación, su envoltorio de regalo, su traje de los domingos. Conducirá al lector como el pastor a su rebaño. Guiará su memoria, fijará su recuerdo. Será a la vez su preámbulo y su retrogusto. Impulsará la lectura como los tacos a los atletas. Insinuará sin mostrar, como el velo de las huríes.
Ahora, por fin, solo me falta escribir el texto.