De acuerdo con la descripción de la propia autora, es un hombrecillo de poca estatura (mide exactamente cinco pies cuatro pulgadas), rollizo, de cabeza de huevo y un impresionante bigote retorcido que para él constituye un orgullo. Sus ojos brillan verdes cuando está irritado, y calza unos zapatos silenciosos de cuero legítimo. Además, en los últimos tiempos se ha visto obligado a llevar bastón, tal vez por haberse resentido la herida que le produjo una cojera en los años 20. Utiliza un "tónico, no tinte", para dar a sus cabellos un sospechoso aspecto joven.
Poirot es atildado hasta el extremo, su apariencia personal es siempre impoluta y adora "el orden y el método". Venera la simetría, la limpieza, las comodidades, la calefacción central y la línea recta: en su apartamento no existen muebles ni adornos de líneas curvas. Vivió al principio en Londres en la calle Farraway Nº 14 con el Capitán Hastings, pero en los años 30 se mudó a Whitehaven Mansions, entonces moderno bloque de pisos, que escogió a causa de sus proporciones geométricas. Es sumamente cortés, y habla intercalando frases o palabras en francés. Aunque se asegura que su inglés es perfecto, cuando está nervioso comete fallas gramaticales, algunas detectadas y corregidas por su fiel amigo Hastings.Antiguo miembro de la Policía belga, llegó a Inglaterra como refugiado durante la Primera Guerra Mundial, y ya no abandonó el país estableciéndose como detective privado de gran éxito. A pesar de que mucha gente lo confunde con francés, él siempre corrige que es belga. Como una "prima donna", Poirot está siempre anunciando su inminente retiro: planea irse al campo y dedicarse a cultivar calabacines (en "El Asesinato de Roger Ackroyd" finalmente lo hace, pero ante la aparición de un nuevo caso que llama su atención, abandona su retiro inmediatamente).