Homenaje a Oswald Payá

Publicado el 04 junio 2015 por Ángel Santiesteban Prats @AngelSantiesteb

Un buen cubano debe visitar la tumba de Oswald Payá Sardiñas, uno de los grandes defensores de la libertad y la justicia de la historia de Cuba. Su nombre está inscrito, por derecho propio, en el panteón de los próceres cubanos. Así, con respeto, a veces con miedo, les escuché decirlo a los intelectuales nacionales. Siempre aceptaron, por oficialistas que fueran, su inteligencia, valor y derecho en sus reclamaciones políticas y ciudadanas.

Aún hoy mis manos sienten las palmadas cuando se recibieron sus restos en la pequeña iglesia del Cerro, a donde Payá acostumbraba asistir. La injusticia, su asesinato y el  de Harold Cepero, convocaron a todas las vertientes disidentes. Fue generalizado el dolor; conversé con ciudadanos y ciudadanas del pueblo, que no tenían contacto con la disidencia, tampoco con el oficialismo, y que de alguna manera sintieron la necesidad de expresar la repulsa al gobierno y la solidaridad a su familia.

Todos recordamos que fuimos vigilados y perseguidos en aquellas horas aciagas, además de golpeados y apresados a la salida del sepelio. El recorrido hasta el cementerio lo hice acompañando al gran poeta y excelso cubano, Rafael Alcides.

No olvidaré el dolor de su viuda, su hija e hijo, a los que nunca sabremos explicarles cómo pudo ocurrir aquel vil asesinato; pero junto a sus dolores estaba el de un pueblo que abarrotaba aquellas paredes de la iglesia.

Aunque la dictadura nos quitó su cuerpo, nos lo devolvió inmenso, capaz de hacerlo mantener en nuestra mente y corazones eternamente, porque su muerte nos hizo más fuertes, pero sobre todo, profundizó nuestra necesidad de libertad.

Que mi voz y aliento acompañe a su familia.

Ángel Santiesteban-Prats

17 de mayo de 2015

Prisión Unidad de Guardafronteras

La Habana