Desde hace unos meses, una enorme escultura de una mano blanca sosteniendo un grupo de Podencos ibicencos, raza autóctona y original de la isla de Ibiza, adorna la rotonda que une las avenidas 8 d'Agost y el Paseo de Juan Carlos I. El monumento en cuestión surgió de la idea que presentó la Associació de Criadors des 'Ca Eivissenc', como también se le llama a esta raza canina.
La polémica.
Sin duda, una imagen preciosa. La primera vez que la vi me sobrecogió la idea y lo que ella transmite, pero ni siquiera algo que debería ser el fruto del cariño, o al menos del respeto hacia la raza, se libre de la controversia de una sociedad sin escrúpulos.
La escultura en cuestión ha costado alrededor de 60.000 euros a cargo de la institución, cifra que la mayoría consideran un auténtico despilfarro, no sólo por el hecho de estar en medio de una profunda crisis económica, sino teniendo también en cuenta que el proyecto contaba con la aprobación del Consell desde hace ya tres años, y en todo este tiempo no han sido capaces de aportar fondos sustaciables para otras propuestas de la asociación, como la cría y conservación de una raza tan emblemática como amenazada. Para hacernos una ligera idea, la cifra supone aproximadamente una tercera parte de lo que la máxima institución dedica al año a colaborar con los proyectos solidarios de la Cruz Roja.
Abrazos fieros para todos.