Maratón de poesía irracional, carrera de fondo en una pista invisible y cubierta de arena inconsciente. Homo Tenuis es la creación y la deconstrucción de un monstruo moderno surgido al amparo y al desamparo que ofrecen las nuevas tecnologías. Pero, más allá de él, es la creación y la deconstrucción de la imagen generada por la máquina, de la máquina generada por el humano, del humano generado por la idea.
La llave para comprender el texto se llama hiperstición, y nos da acceso a todo un muestrario de conceptos ficcionales que son capaces de alterar nuestra realidad. Es una llave bien escondida, y lo que nos revela es difícil de ver aunque esté frente a nuestros propios ojos. El texto engendrado por Francisco Jota-Pérez huye en todo momento de facilitar un análisis sencillo, convirtiéndose en el camino en una cumbre difícil de escalar. Todo se enraíza alrededor del SlenderMan, el Hombre Esbelto, personaje nacido en las entrañas de un foro de internet y que aquí es convertido en un mito de pleno derecho, con las mismas cualidades retroalimentarias de cualquier otro mito. A partir de su espontáneo alumbramiento y de la casi trágica historia real que involucra a tres adolescentes, Jota-Pérez articula toda una tesis en cuyos pasajes aparecen multitud de referencias más o menos conocidas. Leyendas urbanas, la Zona de Stalker, el Rey de Amarillo, Lovecraft, Cthulhu, Nyarlatothep, el videojuego Bioshock, momentos históricos recientes... Todo ello aparece tratado con el peculiar estilo del autor, conformando un paisaje literario donde no cesan de explotar conceptos filosóficos en los que el lenguaje poético cobra una relevancia terminante.
El increíble caleidoscopio de ideas, teorías, conceptos, lugares, ficciones, realidades, símbolos, especulaciones y derivaciones, lo confieso aquí y ahora, abotarga mi capacidad intelectual y sobrepasa, en muchos momentos, mi comprensión lectora. Como ya he dicho, no es Homo Tenuis un texto fácil, es más, la criatura de Jota-Pérez requiere, en mi opinión, de una cierta costumbre a la hora de bregar con temas filosóficos, hecho que me impide asir la obra con comodidad. Ahora bien, es innegable que la prosa, como si fuera el propio e inaprensible SlenderMan, juega con el lector sin reparos, gracias a una alta capacidad hipnótica que, a ratos, relega el mensaje a un segundo plano.
El volumen, publicado anteriormente por Gasmask antes de entrar a formar parte de Ediciones El Transbordador, incluye seis textos adicionales al original, y complementa su contenido con fotografías e ilustraciones que abundan en el propio estilo del autor.El SlenderMan habita en el interior de Homo Tenuis, y es probable que, buscándolo, quedemos encerrados dentro de sus páginas para siempre. Tal vez la única manera de conectar con él sea dejarse llevar por el hipnótico y fascinante (a su manera) mantra de Francisco Jota-Pérez.