Media decena de carros patrullas, efectivos de la policía y de las Brigadas de Tropas Especiales Boinas Negras, formaron parte del operativo desplegado el pasado 6 de noviembre en la barriada “La Juanita”, en Cienfuegos, donde tuvo lugar en horas de la mañana la reconstrucción de los hechos que derivaron en la muerte del joven Gerlfrei Hernández Rodríguez.
El suceso se remonta a la noche del pasado 20 de octubre cuando Hernández, de 21 años de edad, oriundo del municipio cienfueguero Cruces y sin residencia fija desde hacía más de un año, se dio cita con una de sus parejas habituales en una zona de encuentro cercana a las terminales de ómnibus y ferrocarril de la ciudad de Cienfuegos. Hernández pertenecía a la comunidad gay.
Según un familiar de la víctima, a quien se contactó telefónicamente pero no quiso ser identificado, Hernández fue agredido por su acompañante al salir ambos de una casa de citas ubicada en la Avenida 56, entre 51 y 53. El agresor, de quien solo se conoce que residía en la Ciudad Electro Nuclear, ya en la calle quiso que la víctima le entregase un teléfono móvil que portaba. Hernández se negó y al hacerlo fue agredido por el otro con un arma blanca. Antes de ser herido mortalmente, el joven se defendió, recibiendo varias cuchilladas en las manos, antebrazos y cuello.
“Las heridas eran pequeñas. Murió de una hemorragia interna”, dijo el familiar entrevistado.
Yesmy Acosta, vecina del lugar, comentó que en las inmediaciones de su cuadra escuchó una discusión entre dos hombres a altas horas de la noche. Alega que no prestó mucha atención a lo que acontecía pues son frecuentes los escándalos en este lugar, utilizado sistemáticamente para encuentros entre parejas homosexuales e incluso tener sexo al aire libre.
Durante la reconstrucción de los hechos se supo que el victimario cargó al apuñaleado, por razones que aún no se esclarecen, hasta la entrada de un edificio ubicado en la Calle 53, entre las avenidas 52 y 54 a varias cuadras del lugar de la trifulca. Allí fue encontrado por uno de los residentes del inmueble quien en la mañana del siguiente día salía de su apartamento para dirigirse al trabajo.
El asesino no pudo ser identificado visualmente por quienes observaban la reconstrucción de los hechos, pues aseguran que la policía le cubrió el rostro. Estuvo esposado y se mantuvo colaborativo todo el tiempo.
Según refiere la misma fuente, Gloria Rodríguez, la madre de Hernández, ha escrito una carta a Mariela Castro pidiéndole que se involucre y pida una sanción severa para el asesino de su hijo. Hasta donde se ha podido indagar el crimen no tiene un carácter homófobo.
CUBANET