Monte Jaizkibel
Hoy nos trasladamos hasta Guipuzcoa, nuestro destino va a ser Hondarribia (Fuenterrabía). Para llegar a él pasamos por el Monte Jaizkibel. Allí el verde intenso solo se rompe para dar paso al azul del mar Cantábrico. La vegetación y el mar forman contrastes que son un regalo para la vista. En la ladera que baja hacia Hondarribia se encuentra el Santuario de su patrona, la Virgen de Guadalupe.
El aire ahi arriba es fresco y húmedo, se puede observar el litoral como si estuviera dibujado a mano alzada.
Hondarribia
Hondarribia, a unos 20 km de San Sebastián (Donosti), es un lugar lleno de encanto cuyo enclave es un paraje de ensueño.
Se trata de la única localidad amurallada de toda la Guipuzcoa, ubicada en un paso fronterizo que durante la Historia la ha convertido en un punto estratégico muy importante, y que cómo es lógico, cada vez que Francia y España se encontraban enfrentadas era el primer testigo de ello.
Perteneció al Reino de Navarra, y posteriormente fue tomada por el Reino de Castilla, siendo un puerto de vital importancia para éste. Durante bastante tiempo se produjeron tensiones y enfrentamientos por la posesión de este lugar.
Diferentes episodios históricos han sido protagonistas en este decorado, uno de los que ha dejado un legado que pervive en el tiempo fue el que ocurrió en el s.XVII, estando Francia en manos de Luis XIII, siendo asediada la ciudad durante dos meses y ésta, gallardamente, se resisitió. Cada año se celebra este hecho que recibe el nombre de Alarde
La localidad tiene dos partes claramente diferenciadas y que, personalmente, nos resultan bellas por igual.
La iglesia parroquial Santa María de la Asunción y del Manzano, asentada sobre los restos de una muralla medieval se comenzó a construir en el s.XV. Tiene una mezcla de estilos arquitectónicos, su torre, visible desde casi cualquier punto de la localidad, está marcada por un claro estilo barroco.
El sobrio castillo de Hondarribia hoy es el único parador de turismo que hay en toda Guipúzcoa. Convertido en establecimiento hotelero y de restauración, sigue siendo de los edificios más representativos del lugar. Sus orígenes datan del s.X, y fue Carlos V, en el s.XVII el que llevó a cabo nuevas reformas y por el que acaba tomando el nombre por el que es popularmente conocido, “ El Castillo de Carlos V”.
A su lado, una plaza se llena de terrazas y ambiente, rodeada de casas coloridas, del aspecto típicamente medieval que caracteriza a todo el casco histórico, nos encontramos con la Plaza de Armas.
Un lugar que a lo largo de la historia ha sido el centro de reuniones y festejos. Actualmente se convierte en el escenario del Mercado medieval que celebra, o del aglutinamiento de personas durante la fiesta del Alarde. Se encuentra situada junto al Castillo en la zona ás alta de la ciudad.
Porque fuera de los extramuros vive la Hondarribia que refleja otra parte de la historia de las gentes de este lugar, los símbolos de una ciudad pesquera…
La playa de Hondarribia es de arena blanquecina, sus aguas, por la ubicación, son tranquilas, se encuentra ubicada entre el puerto deportivo y el pesquero. Su puerto durante años tenía la actividad pesquera pegada al muelle de la localidad, en la actualidad se ha trasladado un poco más lejos, en el llamado Puerto Refugio, ubicado en las inmediaciones del Cabo de Higuer.
En el barrio de la Marina, declarado Conjunto Histórico Artístico, las casas son de colores y los balcones se visten de flores para adornar las calles donde multitud de locales nos regalan la sobradamente conocida gastronomía vasca. Huele a Txacolí, a piparras, y a esos pintxos que les caracterizan. Limitado por un lado por ese casco histórico del que os hemos hablado y al otro por el mar de azul intenso y aroma profundo, estas callejuelas rebosan de tranquilidad y simultáneamente de vida, dos conceptos que pueden parecer incompatibles, pero que mientras paseas por allí entiendes que pueden darse simultáneamente.
Hondarribia auna en sus 29 kilómetros cuadrados un conjunto de encantos que no os dejaran indiferentes. Entre una vegetación densa se divisa la costa acariciada por las pequeñas embarcaciones que reposan en calma sobre ella. Y adentrándote en el municipio las siluetas arquitectónicas medievales pintaran un paisaje empedrado para, a pocos pasos, mostrarte el color de unas casas de apenas dos alturas que se perfuman con el aroma de las flores que los adornan… Hondarribia tiene historia, tiene color, tiene aroma y tiene sabor…
¿Tienes planes hoy?