Un poema:
XXXVIII
Odio, muchacho, el lujo de los persas
y tampoco me gustan las guirnaldas
que se trenzan con fílira.
Deja ya de buscar
dónde se ha demorado una tardía rosa.
No quiero que, solícito, le añadas
nada al sencillo mirto: no nos desdora el mirto
ni a ti, mi escanciador, ni a mí, que estoy bebiendo
bajo la espesa parra.
HORACIO
Poema incluido en el libro XXV Odas de Horacio (Pamiela; Pamplona, 1992). Traducción: Enrique Badosa