Todos conoceis perfectamente las dificultades que hoy en día tiene un cantautor para dar a conocer sus canciones y triunfar. Si hacerte un hueco en la primera linea de fuego es una tarea difícil en lugares como Madrid o Barcelona, epicentros del circuito, imaginad cómo debe ser por aquí arriba, en Euskadi, donde el género, pese a ser la tierra de maestros como Mikel Laboa o Benito Lertxundi, parece tener actualmente menos movimiento que nunca. Aún así, allá por el 2005, Etxe, un joven escritor de canciones, consiguió llamar la atención de los medios y sobre todo, del público vasco con una maqueta autoproducida llamada Zatoz nirekin (vente conmigo). Dos años después llegó su primer LP, Bidea eginez, en el que ya contaba con una banda hecha a su medida con la que consiguió vestir sus canciones como él siempre había querido, inclinándose más hacia el rock. Poco a poco fue haciéndose un nombre, y hoy en día se le puede considerar como uno de los artistas más solidos del panorama vasco; es respetado, admirado y sigue escribiendo buenas canciones. A pesar de que publicó su tercer y último disco hasta la fecha hace poco, como hoy es la primera vez que aparece en el blog quería presentároslo con la que es mi canción preferida, probablemente la más conocida, Hori da dena (eso es todo), un tema antiguo. Una canción llena de verdades, en la que Etxe se despide de una chica con las palabras que todos hemos tenido en la boca muchas veces y, al menos en mi caso, nunca hemos conseguido escupir a la cara de alguien a tiempo. Y cuántos disgustos nos habríamos ahorrado...
Todos conoceis perfectamente las dificultades que hoy en día tiene un cantautor para dar a conocer sus canciones y triunfar. Si hacerte un hueco en la primera linea de fuego es una tarea difícil en lugares como Madrid o Barcelona, epicentros del circuito, imaginad cómo debe ser por aquí arriba, en Euskadi, donde el género, pese a ser la tierra de maestros como Mikel Laboa o Benito Lertxundi, parece tener actualmente menos movimiento que nunca. Aún así, allá por el 2005, Etxe, un joven escritor de canciones, consiguió llamar la atención de los medios y sobre todo, del público vasco con una maqueta autoproducida llamada Zatoz nirekin (vente conmigo). Dos años después llegó su primer LP, Bidea eginez, en el que ya contaba con una banda hecha a su medida con la que consiguió vestir sus canciones como él siempre había querido, inclinándose más hacia el rock. Poco a poco fue haciéndose un nombre, y hoy en día se le puede considerar como uno de los artistas más solidos del panorama vasco; es respetado, admirado y sigue escribiendo buenas canciones. A pesar de que publicó su tercer y último disco hasta la fecha hace poco, como hoy es la primera vez que aparece en el blog quería presentároslo con la que es mi canción preferida, probablemente la más conocida, Hori da dena (eso es todo), un tema antiguo. Una canción llena de verdades, en la que Etxe se despide de una chica con las palabras que todos hemos tenido en la boca muchas veces y, al menos en mi caso, nunca hemos conseguido escupir a la cara de alguien a tiempo. Y cuántos disgustos nos habríamos ahorrado...