Horizon es uno de los proyectos cinematográficos más ambiciosos de los últimos tiempos. Se trata del primer capítulo de una saga de cuatro (la película dura tres horas e intuimos que el resto, si se llega a hacer, tendrá la misma duración) que quiere contar de una forma definitiva la configuración de Estados Unidos como país surgido de una historia de épica y violencia, algo que ya se intentó con La conquista del oeste. Ante todo, lo que encontramos en este primer capítulo de Horizon, a falta de que se estrene el segundo, ya rodado, es desmesura. Costner presenta una gran cantidad de tramas que oscilan entre lo épico y lo intimista, pero lo hace de una manera un tanto desordenada y caótica, sin dejar espacio a que sus numerosos personajes se puedan desarrollar de manera natural. La película ofrece escenas excelentes frente a otras más bien aburridas, pero su gran problema, como ya he adelantado, es la estructura de su guion. Esto no es más que una presentación repleta de subtramas que deberán ir resolviéndose en los capítulos posteriores. No tenemos a un protagonista claro, sino una serie de historias que seguramente irán confluyendo en un único punto. A pesar de de sus evidentes carencias derivadas de su falta de contención, la película posee los suficientes puntos de interés como para tener personalmente interés en seguir viendo las demás, aunque solo sea por descubrir cómo se hilan los numerosos cabos sueltos que deja este primer capítulo.