Nuestra experiencia
ACTUALIZACIÓN 2019:
Releo este post que escribí hace tiempo y me doy cuenta de lo difícil que nos ha resultado siempre viajar en coche desde que somos padres. Gordito se empezó a marear cuando viajábamos en coche cuando estaba a punto de cumplir dos años. Y desde entonces, aunque ha mejorado, aún sigue haciéndolo. Raro es el viaje en coche que hacemos en el que él no acabe vomitando, y acaba de cumplir 7 años.
Podéis imaginar lo entretenidos que son nuestros viajes.
Los viajes ya eran divertidos … y entonces llegó Trasto!
Cuando Trasto nació, la cosa no hizo sino empeorar. Y no porque se mareara (el mareo en niños suele aparecer alrededor de los dos años), sino porque odiaba el coche con todas sus fuerzas. Era sentarlo en su silla del coche y empezar a llorar como un loco. No importaba cómo de largo fuera el viaje. Ya fueran 15 minutos o 3 horas, Trasto lloraba todo el camino.
Sí, hemos hecho viajes con él de 3 horas en coche, llorando ininterrumpidamente. No importaba las paradas que hiciéramos en el camino, ni que yo fuera sentada a su lado. Nada servía para que dejara de llorar. Lo probamos todo, pero parecía tener un pánico irracional a viajar en coche. Se mostraba todo el camino en tensión, asustado y no se relajaba hasta que llegábamos a nuestro destino y pasaban las horas y él ya podía intuir que entonces sí, el viaje había terminado.
Con este panorama, de vómitos de Gordito y lloros de Trasto, durante meses reducimos nuestros viajes en coche al mínimo. Cuando no quedaba más opción. Yo me ponía a temblar pensando en lo mal que íbamos a acabar pasándolo todos.
Y cuando la calma parecía haber llegado… mareo en coche por partida doble!
Pero un día, de repente, en una de esas ocasiones, montamos a Trasto en el coche, iniciamos el viaje, y ¡no lloró! ¡No lo podíamos creer! ¿Se habían alineado los planetas? Pues no, animados probamos a hacer más viajes en coche y Trasto seguía sin llorar. ¡Uno de los problemas resuelto!
Gordito seguía sufriendo mareos en el coche, pero al menos Trasto ya no lloraba. Así que este verano nos animamos y realizamos más viajes y escapadas en familia. No tantas cómo nos gustaría, pero al menos pensar en coger el coche ya no era para nosotros una tortura.
Incluso hemos podido disfrutar a veces de viajes sin ninguna incidencia. Gordito no vomitaba ni Trasto lloraba, ¡genial!
Hasta este fin de semana, en él que decidimos ir en busca de algún plan navideño. (Si queréis saber de que se trata, podéis seguirme en Instagram, allí os voy enseñando y contando nuestras «aventuras» cotidianas). Pues bien, ¿queréis saber que sucedió?
La historia se repite
Sí, quizá lo habéis intuido ya. ¡Ahora Trasto también se marea en el coche! Se ha vuelto a repetir la historia, al igual que su hermano, cuando está a punto de cumplir 2 años, Trasto ha sufrido su primer mareo en coche. Y no sólo acabó vomitando él, ¡Gordito también!
Además, lo hicieron los dos casi al mismo tiempo. ¡Doble diversión 😩! Nuestros viajes a partir de ahora creo que necesitaran de un extra de preparación… ¡y de limpieza posterior! Ya os iré contando.
Al menos ya tenemos experiencia en el manejo del mareo en coche en niños, y conocemos algunos trucos que nos hacen los viajes algo más fáciles y cómodos para todos. El mareo en el coche es una sensación horrible.
Os dejo con el resto de nuestra experiencia anterior y con los trucos y consejos para evitar el mareo en niños que mejor nos han funcionado. Si conocéis alguno más no dudéis de compartirlo en los comentarios. ¡Los voy a necesitar, ahora, por partida doble!
ACTUALIZACIÓN 2018:
Cuando escribí este post Gordito acababa de cumplir 2 años, han pasado desde entonces casi 4 años y la experiencia con el mareo en el coche sigue siendo la misma 🤦♀️
Ahora ya no viajamos en coche tanto como lo hacíamos antes pero si el viaje es largo es muy probable que mi hijo acabe encontrándose mal y vomite. Es cierto que ya no ocurre tan frecuentemente como antes. Cuando era más pequeño viajar con Gordito era un auténtico martirio, él lo pasaba muy mal y llegaba a vomitar hasta 4 o 5 veces durante el viaje. Con el paso de los años hemos conseguido controlar los mareos y reducir los vómitos. Si el viaje no es muy largo y los planetas se alinean podemos llegar a hacerlo sin ningún contratiempo, aunque aún no han desaparecido del todo.
Evidentemente, en todo este tiempo hemos probado todos los trucos y consejos habidos y por haber, os comparto lo que hemos hecho nosotros y lo que mejor nos ha funcionado. Antes os dejo con el relato de cómo comenzó todo.
El primer mareo en coche
Pues sí, Gordito ha comenzado a marearse cuando vamos en el coche. Ya os he contado alguna vez que vivimos lejos de nuestra familia, por lo que solemos ir a verlos bastante a menudo y son 3 horas de viaje.
Gordito está acostumbrado a viajar y lo llevaba bastante bien, dormía una parte del viaje y la otra se entretenía con algún juguete o viendo dibujos.
Pero hace unas semanas en un viaje de vuelta a casa empezó a quejarse mientras estábamos en el coche y de pronto comenzó a vomitar. Esa vez lo achacamos a que estaba un poco resfriado y pensamos que quizá los mocos le habían revuelto un poco el estómago. Paramos a que le diera el aire, a limpiar el estropicio y a cambiarle la ropa y seguimos sin más problemas.
Pero la siguiente vez que fuimos al pueblo a ver a los abuelos, cuando ya quedaba poco para llegar volvió a vomitar. Y esta vez ya no estaba resfriado. Así que empezamos a temernos que Gordito se mareaba al viajar.
¿Cuando comienza el mareo en coche en los niños?
Busqué información en internet y descubrí que los niños no suelen marearse antes de los dos años, pero que a partir de esa edad la sensibilidad al mareo aumenta. El mareo es más frecuente entre los 2 y los 12 años (los menores de 2 aún tienen el sistema nervioso inmaduro y a partir de los 12 años esta sensación tiende a desaparecer).
Cuando yo era pequeña viajaba mucho con mis padres y la mayoría de recuerdos que tengo de esos viajes en coche son de mi hermana y de mi vomitando y mi madre probando todos los remedios contra el mareo que le decían: llevar un limón en el coche y hacernos olerlo cuando nos empezábamos a encontrar mal, ponernos una aspirina en el ombligo sujetada con una tirita… 😂
Ya era bastante mayorcita cuando dejé de vomitar en cada viaje, aunque aún hoy me ocurre a veces. Ahora que viajo en la parte de atrás del coche con el pequeño si me muevo demasiado, me agacho a recoger algún juguete o leo durante el viaje me empiezo a marear yo también y en más de una ocasión he vomitado. Así que no descarto que en próximos viajes Gordito y yo vomitemos a dúo. Mi marido se va a divertir mucho😉 (actualización: estaba en lo cierto, esto ha llegado a ocurrir en varias ocasiones 🙈)
Consejos para evitar el mareo en coche en niños
Al principio, como os conté, no sabíamos identificar bien cuando se mareaba, pero desde que fuimos conscientes de lo que ocurría y a lo largo de todo este tiempo ya tenemos un máster en «Identificación de Vómito Inminente»:
- Gordito, que no se calla ni durmiendo, deja de hablar. Si eso pasa ¡alarma!
- Empieza a sudar, aunque sea invierno, un sudor frío le cubre la frente.
- En este punto, ya no hace falta preguntar nada, pero si lo hago «Gordito, ¿estás mareado?», él asiente con la cabeza y yo rauda y veloz sacó nuestro arsenal de bolsas de basura y preparo una junto a él, porque la mayor parte de las veces no encontramos donde parar y el vómito acaba ocurriendo.
10 trucos para evitar el mareo en coche en los niños
Pero existen una serie de consejos para evitar la cinetosis (que es el nombre «técnico»). No sé si se uniría la casualidad y el crecimiento de mi hijo, pero lo cierto es que a nosotros al menos nos han servido para disminuir la frecuencia e intensidad de los mareos:
- Mantener el coche ventilado. No fumar nunca dentro del coche (aunque esto no se debería hacer nunca en presencia de los niños ni aunque éstos no se mareen). Cuando yo noto que Gordito se empieza a encontrar mal bajo un poco su ventanilla y muchas veces el notar algo de viento fresco hace que se le pase el malestar.
- Mantener una buena temperatura en el vehículo. Siempre intentamos que no haga ni mucho frío ni mucho calor.
- Intentar llevar una conducción suave, sin cambios bruscos de velocidad ni frenazos.
- Procurar que haga parte del viaje dormido. Mientras estamos dormidos no nos mareamos. Antes era más fácil cuadrar el viaje con su sueño, pues al ser más pequeño dormía una siesta después de comer y si madrugábamos mucho se dormía también en el coche. Por eso si el viaje era por la mañana nos levantábamos muy temprano y así nos asegurábamos que se quedaba dormido durante el viaje. Si lo hacíamos por la tarde nos íbamos después de comer para que echara su siesta en el coche. Para nosotros era lo más efectivo. Ahora es mayor y no duerme siestas habitualmente pero seguimos haciéndolo así. Él, como sabe que así el viaje se le hace más fácil y rápido, cierra los ojos e intenta dormirse.
- Procurar que no lleve el estómago vacío. La hipoglucemia (bajada del nivel de azúcar en la sangre) también produce mareo. Por lo que intentamos que siempre haya comido algo antes de viajar. Tampoco mucha cantidad, pues tener el estómago pesado puede ser igual de contraproducente. Nosotros también tratamos que no tome mucho líquido, mejor que coma algo sólido, si bebe mucho antes, sobre todo si lo hace de golpe, ese líquido, más pronto que tarde, acaba en una de nuestras bolsas 🤢
- Hacer varias paradas en el camino. De este modo todos descansamos y Gordito puede corretear, jugar y despejarse un poco. Esto es fundamental en nuestros viajes. Cada hora u hora y media procuramos hacer una parada.
- Evitar que lea o fije la vista mucho rato en el mismo punto (no le dejamos que juegue con la tablet por ejemplo)
- Distraerlo. Contar historias, charlar, cantar…
- Existen medicamentos contra el mareo, nosotros no los hemos usado. Mi madre me atiborraba de chicles y pastillas contra el mareo y a mi no me resultaban muy eficaces. Pero a mucha gente les son útiles, consulta con tu pediatra el más adecuado y la dosificación necesaria para tu hijo.
- La aspirina que me ponía mi madre en el ombligo o las pulseras que venden contra el mareo no tienen evidencia científica que demuestren su utilidad. Pero tampoco parecen perjudiciales, así que si decides probarlas y no te funcionan sólo habrás perdido dinero. Si te funcionan ¡cuéntame!
De todas formas id siempre preparados por si acaso. En nuestro coche al viajar no faltan las bolsas de basura (son resistentes y no suelen tener agujeros en el fondo como ocurre con las del super 😂), las toallitas húmedas por si hay que limpiar algún estropicio y un par de mudas a mano. Eso y ¡mucha paciencia!
¿Vuestros hijos se marean? ¿Qué consejo o remedio os funciona a vosotros?
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