¿horterada o glamour?

Publicado el 10 junio 2011 por Eyg


Hola, he visto unas fotografías de Jennifer López subiendo a un barco con unos zapatos de tacón de aguja impresionantes, y como tenía entendido que en los barcos hay que descalzarse, me pongo a investigar y he dado con su artículo donde da consejos a alguien que pregunta sobre ir en un barco y le dice usted que hay que ir con ropa cómoda y descalzarse para subir, y me pregunto por qué JLO se presenta así, ¿no debería saberlo ella, tan glamurosa? (Suni).

Hola Suni. Tal vez debo revisar ese artículo y ampliarlo un poco. La respuesta está ceñida a la pregunta y a las características concretar del tipo de barco a que se refería la persona.
Digamos que el tipo de zapatos está, hablando desde la generalidad más absoluta, directamente relacionado con los metros de eslora. Cuanta más eslora, es posible llevar más tacones.


La explicación es muy sencilla. Un barco pequeño, sea velero o motor, está destinado principalmente para navegar, pescar, regatear… su tripulación suele reducirse al armador y a alguna visita, pues no cabe mucha gente, y por lo tanto el dueño del barco o los que van a bordo tienen que hacerlo todo. Y todo es maniobrar, regatear, pescar, trimar… y por otra parte las cubiertas son pequeñas y en menos espacio, hay muchas más cosas (winches, cabos, desvíos, cornamusas, candeleros, jarcias, carros, candeleros…) lo que hace obligatorio el uso de calzado, pues los accidentes son frecuentes a causa de tropiezos y resbalones. Un buen calzado, antideslizante, es fundamental en este tipo de navegación. Si además la suela es antimanchas y específicamente náutica, y sólo para ir a bordo, mejor, porque si no habría que añadir los restregones de la suciedad de las suelas y tal vez los arañazos causados por las piedrecillas que pudieran encajarse en los surcos del calzado de calle.


Y luego están los barcos grandes. En este tipo de barco, suele haber tripulación que hace todo el trabajo, y espacios para el disfrute y el ocio que suelen ocupar los armadores y sus invitados. Las cubiertas son amplias y despejadas, la mayoría de veces es de madera o moqueta, lo que hace agradable el andar descalzo. La madera que ponemos en casa tiene varias calidades, lo mismo que las maderas de uso náutico. Cuanto más grande es el barco, mejor es la madera y más resistente a artilugios como los tacones. No obstante, en los barcos que por su tamaño permiten la celebración de recepciones, fiestas, etc., gran parte de la cubierta suele estar enmoquetada, por lo que es insensible a la mayor parte de las agresiones, tanto meteorológicas como humanas.
Por su parte, los interiores de estos grandes yates están enmoquetados, lo que permite un gran abanico de posibilidades; o llevar calzado normal, o tacones, o ir descalzos.

Suelen tener estos yates un espacio, junto a la zona de acceso de las personas, destinado a depositar los zapatos de calle, para que la suciedad no dañe ni manche. Lo normal es que se dejen ahí los zapatos y se permanezca descalzo.

Samurai One

La directa proporcionalidad entre eslora y tacones, se ve claramente en los cruceros y en los yates de lujo. Una vez a bordo, casi no podemos distinguir entre barco y hotel en tierra. A modo de ejemplo, vea los interiores del Samurai One, el segundo mayor yate de lujo construido en España, por Astondoa, que tiene unos 45 metros de eslora y 3 cubiertas con un total de 1200 m2, 6 camarotes vip, 9 cuartos de baño, 3 terrazas, 2 yacuzzis, pinchando aquí. Enseguida entenderá lo que quiero decir.

Uno de los aspectos de la sabiduría del saber estar consiste en guardar armonía con el entorno (entendiendo el entorno como “lo más normal”). El entorno del barco al que llega JLO, que creo que es el de la foto que le pongo (pues fue muy comentado en su momento), hace, tal vez no apropiado del todo esas agujas pero sí medianamente acordes. Fíjese en la tipología de embarcación (parece el Regina D'Italia, yate de D&G, pero no puedo asegurarlo), en el aspecto y número de la tripulación… seguramente JLO llega como invitada a un aperitivo o cóctel, mientras el yate está atracado en su amarre, en puerto. Es obvio que no va a hacer una navegación larga, tal vez un corto paseo, ni a disfrutar de un fondeo en ninguna cala con baños, buceos o esquí acuático.

Regina D'Italia, propiedad de D&G

En cualquier caso, en yates a partir de unos 60 ó 70 pies lo habitual es que a este tipo de eventos o invitaciones se llegue con una formalidad de vestuario, que incluye los tacones, y una vez a bordo los armadores proporcionen a sus invitados calzado de un solo uso, si no quieren ir descalzos. Suelen disponer de un extenso zapatero con calzado femenino y masculino de todas las tallas, de suela plana y antideslizante para que cada uno elija el adecuado. Los hombres lo tienen más fácil pues hay más variedad de zapatos, y les basta con elegir unos de vestir con suela antimanchas (pero conviene advertir que eso no evita las piedrecillas o la suciedad de la calle y el pantalán).

No obstante, y en mi opinión, se puede una presentar igualmente elegante con unos zapatos de salón más razonables y de tacón menos arriesgado. Subir por la escalinata o pasarela a un barco como este es mucho más fácil que bajarlo, aunque sinceramente, yo me preocuparía mucho más por la longitud de la faldita…

¡Saludos!