Hostal de La Gavina: el bienestar de S’agaró.

Por Baco Y Boca @BacoyBoca

Historia, gastronomía y elegancia se reúnen en el Hotel de la familia Ensesa.

El día 2 de enero de 1932 el equipo de fútbol Boca Juniors de Argentina fue el campeón del primer torneo profesional de fútbol argentino: la Primera división. Ese mismo año se proclamó el estado independiente de Manchuria, Alemania llegó a la mayor cantidad de parados del país, Irak se independizó del Imperio británico y Franklin Delano Roosevelt fue elegido presidente de EEUU. En S’Agaró, el mismo 2 de enero, se abrían las puertas de Hostal de La Gavina.

Hacía algunos años que Josep Ensesa i Gubert convenció a su padre de que comprara unas tierras situadas en la que ya se había bautizado como Costa Brava, entre la bahía de San Pol y la playa de Sa Conca. Él previó el potencial de la zona para el turismo y encontró ya por aquel entonces la forma de edificar sin alterar el paisaje.

Desde entonces, El Hostal de La Gavina ha albergado a artistas de todo tipo, ha servido como escenario a películas hollywoodenses y ha sido lugar de vacaciones de los más altos cargos políticos del mundo.

Hoy, gestionado por la tercera generación de la familia Ensesa, el Hostal de La Gavina sigue en pie como si por él pasara el tiempo de forma tan sútil que apenas se aprecia, distinguiéndose solo en los retoques y reformas que se han realizado para actualizar sus instalaciones sin que perdieran ni un ápice de su encanto.

Entre sus paredes se respira historia. Sus salones están llenos de obras de arte como tapices, cerámicas, pinturas o esculturas y en sus restaurantes se saborea una gastronomía tradicional mediterránea que ha evolucionado hasta conseguir una marca de identidad de la mano de Romain Fornells, director gastronómico del Hostal de La Gavina desde 2015.

Si nos centramos en estos, sus espacios gastronómicos, dentro del recinto de Hostal de La Gavina hay la suficiente diversidad como para no tener que salir del hotel. La Terraza La Gavina permite disfrutar del clima de la zona con una oferta más informal y coctelería que se hace extensiva al restaurante El Barco para los que prefieran disfrutar de su momento en el interior.

Junto a su piscina encontramos el restaurante Garbí. Allí la brasa, los arroces y el pescado acaparan casi toda su carta en una oferta mediterránea mientras que se disfruta de las magníficas vistas a la bahía de Sant Pol, de su solarium o de algunas de sus cabañas privadas que pueden alquilarse durante todo un día.

El restaurante más gastronómico es Candlelight. Solo disponible en servicio de cena se convierte en uno de los espacios con más encanto del Hostal de la Gavina. Allí el chef José L. Pulido, junto a Paco Cornejo en la sala, manejan los platos de la carta diseñada por Romain a la perfección, con sofisticadas elaboraciones que no dejan indiferente a ningún gourmet, armonizadas con los vinos elegidos por el sumiller Florian David entre sus más de 200 referencias de diferentes procedencias del mundo.

La Taverna del Mar se convierte en otro de sus espacios más emblemáticos y visitados. En este caso, encontramos el restaurante fuera del recinto del Hostal de la Gavina, a pocos metros, a pie de playa y junto a las casetas de los Banys de S’Agaró. Allí Lluís Planas sirve en el que fuera el antiguo merendero de la Playa de Sant Pol una cocina de mar, con una carta en la que no falta ni el producto ni los platos más tradicionales de la cocina mediterránea.

Más allá de comer y beber, el hotel ofrece diversas opciones para relajarse durante la estancia. Pasear por sus jardines, tomar un baño en su piscina de agua de mar, hacer turismo cultural y deportivo por la zona o pasarse una tarde en su spa son algunas de las alternativas. Concretamente, en lo que a tratamientos se refiere, Hostal de la Gavina acaba de incorporar tres nuevas salas junto a la firma de cosmética Valmont con unas vistas a la bahía que ya de por sí serían suficientes para relajarnos.

Hotel La Gavina ronda los 90 años. Durante todo este tiempo se ha mantenido intacta su reputación gracias a una premisa muy simple que resulta imprescindible en cualquier hotel: el bienestar del cliente es lo primero.

Sus servicios, sus instalaciones, su trato y su profesionalidad han quedado patentes durante todos estos años, tanto en los más duros como en los más permisivos, consiguiendo ser todo un referente en la Costa Brava.

Para más información y reservas, podéis consultar su web