En 1996 cerraba uno de los hostales con más solera de Valladolid, sobre todo para los aficionados al mundo de los toros, el Lucense, con el objetivo de llevar a cabo una rehabilitación completa del inmueble. Tras 16 años cerrado, el edificio, situado en las confluencias entre el Paseo Zorrilla y la calle Puente Colgante, ha experimentado un visible deterioro que ha obligado a colocar andamios para evitar el desplome de su fachada, protegida en el PGOU. El problema se encontraba en que el edificio tenía múltiples propietarios, lo que ha dificultado que se pusieran de acuerdo a la hora de acometer la intervención.
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