Hot cross buns o panecillos de Pascua [tradiciones británicas]

Por Recetasdetiaalia


Viernes Santo, otro día de tradición gastronómica en el Reino Unido en que estos panecillos estarán siendo devorados para desayunar por muchos de sus habitantes.
Como es costumbre en este rinconcito de la blogosfera, no dejo pasar la ocasión de haceros partícipes de ello y traeros, a parte de la receta, unas pinceladas sobre su historia.
Los "hot cross buns" o panecillos de Pascua son unos panes dulces, especiados y con pasas en su interior que se decoran con una cruz en su parte superior. Esta cruz se puede hacer de varias formas: con masa, con una mezcla de harina y agua (como la he hecho yo), con papel de arroz, con glaseado o practicando dos cortes.
Como ocurre en infinidad de ocasiones, muchas son las versiones que existen sobre el porqué de la cruz que corona estos panecillos.
Una de ellas cuenta que la tradición de comer los "hot cross buns" por Pascua es históricamente cristiana y que la cruz que los adorna simboliza la crucifixión de Cristo.
Otra versión defiende que la historia de estos panecillos es anterior a la expansión del Cristianismo siendo, por tanto, una tradición pagana. Esta corriente afirma que la cruz representa los cuartos de la luna y que los anglosajones los servían como ofrenda a la diosa de la primavera, Ēostre, y los comían en su honor.
También hay quienes dicen que los antiguos griegos marcaban los pasteles con una cruz, mucho antes...
Sea cual sea la explicación sobre su origen, lo cierto es que estos son unos panecillos riquísimos, con un sabor magnifico y una textura esponjosa maravillosa. La especias que llevan entre sus ingredientes les confieren un olor espectacular que harán que que no te quieras mover de la cocina mientras se están horneando, en caso de animarte a hacerlos...que espero así sea :)
En caliente y recién horneados constituyen todo un placer. Acompáñalos de una taza de buen té o café y entonces tienes el pasaporte al cielo asegurado.
Con las cantidades que indico en la receta tendréis suficiente para 12 panecillos. Si queréis hacer menos, tan sólo tendréis que ajustar la cantidades según os plazca aunque yo recomendaría preparar la docena porque es muy posible que, una vez hincado el diente al primero, no podáis resistir la tentación de lanzaros a por un segundo. 
Si sobra alguno, cosa que dudo, siempre lo podéis congelar o guardarlo en una bolsa de plástico para que no se seque y consumirlo al día siguiente. Abierto en dos y tostado con mermelada es una verdadera delicia.
¿Qué? ¿Os animáis?
Necesitamos
Para la esponja
  • 1/2 sobre de levadura de panadero seca
  • 100 ml de agua caliente (a aprox. 20 ºC)
  • 435 grs de harina de fuerza

Para la masa
  • 120 ml de agua fría
  • 12 grs de leche en polvo desnatada
  • 50 grs de azúcar blanquilla
  • 7 grs de sal
  • 55 grs de mantequilla a punto de pomada
  • 1 huevo pequeño
  • 20 grs de mixed spice
  • 50 grs de uvas pasas, pasas de corinto o sultanas
  • 35 grs de orejones picados
  • 40 grs de manzana rallada
  • La ralladura de 1 limón

Para la pasta de la cruz
  • 4 cucharadas de harina de trigo
  • 1 cucharada de azúcar blanquilla
  • 3-4 cucharadas de agua fría
  • Para pincelar los bollos
  • 1/2 huevo
  • 1 cucharadita de leche

Para el glaseado final
  • 50 grs de azúcar blanquilla
  • 25 ml de agua

Preparación
Comenzamos preparando la esponja.  Para ello, en un cuenco, mezclamos la levadura y el agua caliente.  Cuando la levadura esté disuelta, añadimos 100 gramos de harina de fuerza y removemos hasta que los tres ingredientes estén integrados.  Tapamos el cuenco con papel transparente y lo cubrimos con un trapo.  Dejamos reposar en un lugar cálido o hasta que la esponja haya subido, como mínimo, una tercera parte y esté activa (esto se verá porque saldrán burbujas).
En otro cuenco grande, colocamos el resto de la harina y lo mezclamos con la esponja, el agua fría, la leche en polvo, el azúcar, la sal, la mantequilla, el huevo y las especias.  Pasamos a una superficie limpia y amasamos durante 8 minutos.
Añadimos las frutas y amasamos durante 2 minutos más.
Hacemos una bola con la masa, la colocamos en un cuenco y lo cubrimos con papel transparente.  Dejamos reposar la masa para su fermentación, en un lugar cálido y alejado de corrientes, durante 45 minutos-1 hora o hasta que haya doblado su volumen.

Espolvoreamos una superficie de trabajo con un poco de harina y colocamos sobre ella la masa.  La estiramos con los dedos para desinflarla y que pierda aire.  Tomamos porciones de igual tamaño (usa una balanza para mayor precisión) y les damos forma de bola.
Colocamos las bolas en una bandeja de horno cubierta con papel vegetal y las tapamos con un paño húmedo.  Dejamos reposar de nuevo en un lugar cálido durante, aproximadamente, 45 minutos o hasta que hayan doblado su tamaño.
Mientras los bollos están levando, pre-calentamos el horno a 240 ºC (arriba y abajo, horno tradicional) y preparamos la pasta para la cruz.  Para ello mezclamos la harina con el azúcar y añadimos el agua poco a poco hasta conseguir una pasta espesa (como la de las natillas).  Metemos la pasta en una manga pastelera con una boquilla redonda pequeña, esto nos hará más fácil dibujar la cruz sobre los bollos.
Una vez levados los bollos, hacemos una cruz sobre cada uno de ellos con el dorso de un cuchillo y los pincelamos con una mezcla de huevo y leche.  A continuación, sobre cada cruz extendemos, con la manga pastelera, la pasta que acabamos de preparar.

Introducimos la bandeja con los bollos en el horno y bajamos la temperatura a 180 ºC.
Horneamos durante 20-30 minutos o hasta que empiecen a tomar color.
Retiramos la bandeja del horno y transferimos los bollos a una rejilla de enfriado.  Disolvemos el azúcar con el agua y llevamos a ebullición (30 segundos en el microondas serán suficientes).  Pincelamos los bollos y dejamos templar/enfriar antes de comer.