Hotel derby (sevilla)

Por Candreu


Hotel Derby (***)
Del Duque 13
41002 Sevilla
Telf: 954.561.088
reservas@hotelderbysevilla.com
www.hotelderbysevilla.com
Habitación: 283
Fecha de llegada: 26/05/09
Tarifa: 60€ (Solo Alojamiento)
Pocos sitios hay en Sevilla más céntricos que la Plaza del Duque. En el mismo corazón comercial de la ciudad y en el epicentro de la Semana Santa Sevillana se levanta un edificio mezcla de ladrillo y cristal del que llama más la atención ser una de las sedes de El Corte Inglés, casi dueño de la plaza, que albergar uno de los clásicos hoteles sevillanos.
Tras la puerta de cristal corredera delante de la que se amontonan los taxis, y tras sortear cinco o seis empinados escalones accedemos a la recepción. A la antigua usanza en todos los aspectos: decoración, vestuario, luminosidad... Un enorme mostrador de madera recubierto de cristal deja ver un amplio espacio tras el cual se agolpan dos mesas, y unas maletas a modo de consigna. Quizá la sensación sea de cierto desorden, pero sorprende mucho más el trato del recepcionista. Sumamente correcto. Quizá excesivamente profesional. La rapidez con la que nos asignan la habitación y toman nota a mano de nuestros datos es tan asombrosa como la educación con la que nos tratan. Siempre de usted, y siempre a su servicio.
Avanzamos la recepción hasta alcanzar los ascensores. Sin duda requieren una reforma. Antiguos estrechos y oscuros nos dejan a pie de un distribuidor al que tras unas enormes puertas blancas antiincendio se abren los pasillos recubiertos por una tupida moqueta color rojizo, que aplaca los pasos y ruedas de las maletas. Su iluminación deja mucho que desear, y la oscuridad de las puertas, moqueta y el grisáceo gotelé de la pared, no ayudan a sentirnos en la luminosa Hispalis.
La puerta de la habitación, de madera oscura con pomo redondeado da sensación de fragilidad. Tras la puerta, desaparece la moqueta en pos de una moderna madera oscura de tacto muy agradable y espléndida limpieza. Un estrecho pasillo con la puerta del baño a la derecha, junto a la puerta principal y enseguida otra puerta que nos separa del dormitorio que continúa con el gotelé blanco de los pasillos. Entrando en él nos invade una extraña sensación de antiguedad. La inexistente decoración resulta carca y trasnochada, sólo el impecable suelo salva el conjunto de trasladarnos a los años 70.
Espacio justo con un destartalado armario ropero empotrado, apenas vestido y con puertas correderas de espejo que han perdido su función móvil y prácticamente hay que levantarlas a pulso para que se cierren. Dos camas presentadas en blanco bajo un largo cabecero en madera rojiza algo pasada de moda a juego con las mesillas, en idéntico color. Estas disponen de interruptores para todas las luces (algo escasas para el conjunto) un enchufe y un regulador del aire acondicionado. Junto a la ventana, con doble cristal y persiana, con vistas a la plaza, se sitúa el escritorio. Algo destartalado y estrecho con un enchufe cercano y wifi gratuito bajo contraseña ofrecida en recepción. Frente a la mesa, un antiguo minibar sostiene una vieja televisión.
Las camas resultan confortables. La lencería es algo más vieja y denota en su aspereza el maltrato de una lavandería demasiado industrial. La almohada también es confortable, pero no se ofrecen más que las presentadas, con lo que resulta incómoda la lectura en la cama, amen de la escasa luz que desprenden las lámparas de noche. El aire acondicionado en su nivel más bajo resulta casi imperceptible. La insonorización hacia fuera podría ser algo mejorable, especialmente a primera hora de la mañana donde el trajín de carga y descarga de los comercios de la zona es excesivamente ruidoso. También la insonorización hacia dentro podría mejorarse algo aunque la puerta que separa el pasillo de entrada del dormitorio ayuda un poco.
El baño resulta decepcionante en cuanto a la decoración. Aquí nos vamos a los años 50. Suelo de mármol color miel bastante machacado por el paso del tiempo. Sanitarios color arena algo pasados de moda y griferías algo roñosas son el preludio de lo peor. Si a eso le añadimos unas amenities en sobre con gel/champú, gorro de ducha, pastilla de jabón y peine las expectativas se caen por el suelo. Sin embargo, el grifo del lavabo funciona correctamente en cuanto a caudal y presión. Igual que temperatura.
La lencería es manifiestamente mejorable, ya que esas toallas de franjas marrones con el nombre del hotel resultan pasadas de moda. Tras otra antihigiénica y trasnochada cortina accedemos a la bañera. La ducha es un prodigio de caudal, presión y temperatura. Despierta a cualquiera. Se perdonan todos los defectos del baño por una ducha así. Colosal.
Por la mañana, tras el mostrador simplemente nos preguntan por el descanso y se hacen cargo muy amablemente de nuestro equipaje hasta nuestro regreso.
Calidad/precio: 6.5
Servicio: 6
Habitación: 6
Baño: 5
Estado conservación: 5.5
Valoración General: 6