Hola gateros,
Acabado el verano es hora de recopilar la información de nuestra ruta por Bélgica. Decidimos plantar nuestro campamento base en Bruselas, ¿por qué? muy sencillo, las distancias en tren en Bélgica son relativamente cortas (1 hora), y decidimos que no merecía la pena ir cargando con las maletas de una ciudad a otra. ¿Quieres saber cuál fue el hotel elegido?
La clave en esta ocasión para elegir el hotel en Bruselas fue bastante sencilla: Un hotel céntrico y económico que estuviera cerca del tren (ya que era el medio de transporte elegido para visitar 4 ciudades más). ¿El resultado? Hotel Ibis Brussels Off Grand Place.
Céntrico: Situado a 2 minutos de la Grand Place. La ubicación es de 10, al lado de las Galerias St Hubert, con muy buen ambiente a cualquier hora del día, no es un barrio peligroso y está junto a una plaza repleta de restaurantes y puestos artesanales.
Económico: 103 € la noche con desayuno buffet (76 € sin desayuno).
Cerca del tren: 5 minutos desde/hasta la estación central de tren (Centraal Station/ Gare Centrale). Desde aquí pudimos ir al aeropuerto sin hacer trasbordos (7,8 €), y por supuesto al resto de ciudades con conexión directa.
Pasemos a hablar un poco de nuestra experiencia…
Nuestro avión llegó a las 8:30 de la mañana y, como sólo se tardan 20 minutos en llegar a la estación central desde el aeropuerto de Zaventem, llegamos muy pronto al hotel.
El Ibis Brussels Off Grand Place tiene una sala de consigna para que puedas dejar tu maleta (3 € el compartimento mediano dónde metimos 4 maletas pequeñas durante 24 horas), pero, por suerte, tenían un par de habitaciones libres y nos las ofrecieron para no tener que hacer uso de la consigna. A cambio tuvimos que renunciar a las habitaciones con vistas que habíamos solicitado al hacer la reserva (porque esas no estaban listas hasta el medio día), y, aunque valoramos la posibilidad de esperar y dejar las maletas en consigna, tuvo más peso el poder dejar las maletas tranquilamente en la habitación y no preocuparnos más de ellas durante el día.
La habitación (302) estaba bastante bien, no era grande pero si lo suficiente para moverse holgadamente, la cama era muy cómoda y teníamos almohadas extras (es algo que valoro muy positivamente porque si tengo una almohada muy baja me resulta muy incomodo dormir), las ventanas completamente insonorizadas y disponíamos de perchas para colgar la ropa en un armario sin puertas (esto parece obvio, pero nos hemos encontrado en muchos hoteles la sorpresa de que no podíamos colgar las cosas).
Cosas que quizás eché en falta (detalles sin los que pude sobrevivir perfectamente): una neverita (porque llevábamos algo de comida) y para los que nos gusta ver un poco la tele antes de dormir un par de canales más (en español solo tenían tve, y en el resto de canales internacionales había poca variedad). La única pega que ponemos a la habitación es el baño, nada acorde con la habitación: bastante sucio y viejo (oxidado).
El desayuno buffet vale 14 €, es algo caro, si, pero lo recomiendo. A nosotros nos salió rentable porque desayunábamos mucho y así no necesitábamos comer, por lo que nos ahorrábamos la comida y el tiempo perdido en cualquier restaurante. El buffet era bastante variado: café, zumos, huevos, bacon, salchichas, judías, fruta, embutido, tostadas, yogures y bollería variada. De todas formas, como ya comenté, la plaza en la que está situado el hotel está llena de bares, y hay un establecimiento exki al lado donde puedes desayunar un café y un bollo por 4 €.
En recepción algunos hablan español, en nuestra estancia había un chico que se llamaba Fernando que nos atendió a la perfección. El resto del staff fue muy amable también, nos ayudaron con un par de dudas que nos surgieron y nos prestaron bolis que sabían que no tendrían retorno jajaja (ya os explicaré esto cuando haga el post del transporte en Bélgica).
Nuestra impresión en general ha sido muy buena, hasta el punto de que si alguna vez visitamos de nuevo Bruselas acabemos hospedándonos de nuevo en el.