Y eso hicimos, quisimos que nuestra boda tuviera un escenario muy especial, Montjuic, y de entre todos los rincones elegimos uno con mucha magia, Miramar y el Hotel Miramar.
Antes de elegirlo como el escenario de nuestro gran día ya lo conocíamos, primero fue el lugar de escapadas fugaces cuando en algunos proyectos en la zona nos superaba el estrés y todo iba mal, comer en su terraza o simplemente tomar un cafe hacía que a la vuelta todo pareciera más llevadero...
En su terraza se respira tranquilidad y parece que el tiempo se pare, los sandwiches que he degustadoahí han hecho mucho más que alimentarme, me han permitido respirar y pensar en momentos en los que todo iba demasiado precipitado, y es que esas vistas y esa paz pueden obrar milagros...
Sus increíbles vistas ayudan, y mucho!
En su lobby bar también hemos vivido grandes momentos, cuando el tiempo no ha invitado a estar fuera ha sido aquí donde nos hemos refugiado...
Con barra libre de chuches incluida, altamente peligrosa...
También conocíamos sus habitaciones e instalaciones, de diseño pero confortables y acogedores y habíamos sido maravillosamente atendidos por su personal, atento y amabilísimo en todo momento...
Ya estábamos enamorados de este hotel y era uno de los lugares favoritos para nuestro día, cuando nos presentaron el salón azulete se disiparon todas nuestras dudas, tan bonito y tan auténtico, tan nosotros...
Imágenes de missmrs.es
No sólo nosotros estuvimos genial, nuestro invitados alucinaron con el hotel, con las vistas, lo riquísimo que estaba el menú y con lo bonito que era todo...Hoy celebramos dos años de ese gran día...
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