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Hotel Villa Rica, en la zona financiera de Lisboa

Por Esperanza Redondo Morales @esperedondo

Hotel Villa Rica, en la zona financiera de Lisboa

Imagen: web del hotel

En nuestro viaje a Portugal, el hotel que elegimos para establecer nuestro campamento base en la ciudad de Lisboa es el Villa Rica; aclaro que ese es su nombre cuando nos alojamos nosotros, pero por lo visto hace no mucho se lo han cambiado y ahora se llama Vip Executive Entrecampos Hotel and Conference, que supongo que les sonará mejor aunque a mí personalmente me parezca un poco rimbombante...
No es que esté precisamente muy céntrico, pero como nosotros vamos en coche, lo que más nos interesa por encima de otras cosas es localizar siempre un hotel que o bien tenga aparcamiento, o bien que esté en una zona en la que al menos sea fácil aparcar. Se encuentra en el barrio de Entrecampos (la zona de negocios de la ciudad), exactamente en la avenida 5 de Outubro 295; en cualquier caso está muy bien comunicado, porque muy cerca está la estación de metro Entrecampos y varias paradas de autobús, con lo que en unos 15 o 20 minutos llegas al centro.
Como suele ser habitual en las áreas de negocios, el hotel es de aspecto muy moderno. Tiene diez plantas de habitaciones, la planta principal en la que está la recepción, un quiosco de prensa y un comedor, y otras cinco plantas subterráneas para el aparcamiento, el gimnasio y la piscina. Nosotros hemos reservado una habitación doble que nos sorprende por su tamaño, y es que es enorme. Al entrar tenemos a un lado un armario empotrado y enfrente el baño, con todo tipo de pijaditas desde secador de pelo hasta un montón de geles y jabones; y que me resulta muy curioso porque la pared que lo separa del resto de la habitación toda ella un cristal traslúcido. Tenemos también una cama de matrimonio que en realidad debería llamarse "cama familiar" porque es grandísima, un mueble con escritorio, hueco para maletas, balda con televisor, cajones, caja fuerte y minibar, y al fondo un par de sillones y una mesa de centro. Para rematar, y para mi alegría, suelo de madera y no de moqueta; y un ventanal enorme desde el que, si hubiéramos estado en la última planta, habríamos podido ver el castillo de San Jorge.
Al hacer la reserva hemos elegido la opción de sólo alojamiento porque es la única disponible para nuestras fechas, aunque sí que tenemos ocasión de desayunar y cenar un par de veces en el hotel, y la verdad es que salimos bastante contentos tanto con la comida como con el precio. Y hablando de precio, es una de las cosas más sorprendentes del hotel, porque con los servicios que ofrece, los detalles como el botones que te lleva las maletas a la habitación o que por las noches en la planta principal hay un señor tocando el piano, y además siendo temporada alta, la verdad es que está genial; como estas cosas pueden variar, lo más práctico es cacharrear por internet o incluso en la propia web del hotel. El aparcamiento se paga por días, y como he comentado al principio hay también en el edificio piscina, gimnasio y jacuzzi; al final no tenemos ocasión de usar ninguna de las tres cosas, porque uno de los días hacemos un intento de pegarnos un chapuzón en la piscina y resulta que está cerrada...
En cuanto al personal, todos son encantadores y además te hablan directamente en español aunque tú quieras hacer el intento de dirigirte a ellos en inglés, y eso siempre se agradece. Todo lo contrario que los franceses, que si pueden evitarlo no hablan en otro idioma que no sea francés ni aunque los maten. Así que como veis, me parece un alojamiento totalmente recomendable; desde luego tengo claro que si repito viaje a Lisboa, será uno de los que tendré sin duda en cuenta.

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