¿De qué va?
La vida de Erich Weiss, un inmigrante de Europa Oriental que a los 11 años ya realizaba pequeños trucos en la calle. Tras convertirse en Harry Houdini triunfó en Estados Unidos superándose a sí mismo en cada actuación, hasta convertirse en uno de los más destacados artistas del vodevil.Entre sus mayores proezas, la serie nos adentra en su carrera secundaria de espía al servicio del Gobierno Estadounidense antes y durante la Primera Guerra Mundial. Tras un suceso traumático el objetivo de Houdini pasó del ilusionismo al destape de la farsa de lo sobrenatural, destapando a todo aquel que se atreviera a desafiar su lógica. Alcanzó una fama mundial que nadie ha conseguido igualar hasta la fecha.
Una de las mejores miniseries que han visto la luz en mucho tiempo. Con tan solo dos episodios de una hora y media de duración es capaz de trasladarnos a la piel del Gran Houdini (Adrien Brody). Alternando trozos de la infancia y la vida privada de uno de los ilusionistas más grandes de la historia, con un vistazo tras la cortina en la realización de sus trucos, la serie cumple el objetivo de impactar al espectador. Tras unos comienzos precarios cargados de ilusión y sueños a lo grande, la fama le convierte en un insaciable de los mayores desafíos jamás pensados. La vida matrimonial, lejos de apartarle de los escenarios, le sume por completo en un show permanente que pondrá a prueba su destreza física y mental. Con la ayuda de su artífice de inventos, Jim Collins (Evan Jones) su carrera tendrá un auge apoteósico.
- Algunos hechos narrados son tan fieles a la realidad que hay fotogramas exactamente iguales a fotografías verídicas.
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Durante el rodaje, Adrien Brody debió realizar algunas de las ilusiones y acrobacias,
lo que describió como un riesgo y hermosa experiencia de aprendizaje
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