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HOUSE OF CARDS T2: Cuatro motivos y una súplica

Publicado el 15 febrero 2014 por Cintasperdidas @cintasperdidas
15/02/2014

HOUSE OF CARDS T2: Cuatro motivos y una súplica

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Por Adrián Sánchez-Rojo Romero

Os exponemos cinco sencillos puntos por los que hay que ver esta segunda temporada de House of Cards, una serie que mantiene su alto nivel y camina hacia la brillantez a pasos agigantados. Además, estamos de enhorabuena dado que ya se ha confirmado que tendremos una tercera temporada.

Un primer capítulo de 10. Si hay algo molesto y absurdo que puede suceder -lo hace con bastante frecuencia- en una serie tras una primera temporada muy buena, sin bajos, y en la que has ganado un buen público potencial, es matar a este con un primer capítulo plano, de transición y sin enganche.

Este primer capítulo de la segunda temporada de House of Cards, no solo no mata a ese público ganado a pulso durante 13 capítulos sino que le reta con 50 minutos brillantes y llenos de esa maldad tan típica en los personajes de esta serie que parecen rejuvenecer en fuerzas si de agresividad y crueldad hablamos en esta primera parte de la segunda temporada.

Hablar de los mejores 50 minutos que haya visto en 2014 es exagerado, dado que apenas mediamos el mes de febrero. Lo que sí es seguro es que ese primer capítulo de la segunda temporada siempre se nos quedará grabado como lo más positivo -en cuanto a series- de este inicio 2014. Superarlo es un reto de enorme dificultad. Como esos a los que tanto le gusta enfrentarse a Fran Underwood.

Por Claire: Robin Wright -Claire en House of Cards- es fundamental para entender de una manera completa House of Cards y hacerse participe de ese carácter y maldad que es necesaria para que no te pisoteen en las altas esferas de Estados Unidos. Así lo atestigua el Globo de Oro que ganó hace apenas un mes como mejor actriz de drama.

La evolución de Claire en la serie es brutal. No da un paso atrás. Siempre mira hacia delante y lo hace incluso a veces con más valentía y carácter que el propio Frank Underwood (Kevin Spacey), algo casi imposible de conseguir.

- ”Cazar o ser cazado”: El Capitolio y todo lo que le rodea exige -como ya vimos en la primera temporada- ser una persona sin escrúpulos y dispuesto a todo para llegar al poder, lo que viene siendo un sinónimo de Frank Underwood. Es él mismo el que utiliza ese “cazar o ser cazado” para escudarse en todas sus acciones, hechas con frialdad y de manera astuta, y que le fortalezcan en su camino como Vicepresidente de los Estados Unidos, cargo que jura al comienzo de este segunda temporada.

Por supuesto, por Frank Underwood. La mala uva de este personaje -interpretado a la perfección por Kevin Spacey- durante cada escena de House of Cards hace que me apasione cada plano suyo. Su serenidad -solo alterada en pocas ocasiones-, su manipulación de todas las circunstancias y la frialdad en todos sus actos, hacen que su personaje sea el pilar perfecto para una serie que aborda todas las ‘maldades’ que son necesarias para ascender dentro del Gobierno de los Estados Unidos.

Parecía imposible, pero la agresividad del personaje de Frank Underwood crece en esta segunda temporada en la que tendrá que empezar a actuar para silenciar a sus opositores dentro del Capitolio, controlar todos los aspectos de una vida privada con Claire más que intrigante y, como no, cuidar de manera especial a una prensa que poco a poco se le acerca con ganas de destruir su reciente popularidad y puesto como Vicepresidente de los Estados Unidos.

La súplica: Como ya tuiteó Barack Obama el pasado jueves, un día antes del estreno de la segunda temporada de House of Cards, por favor, dejaos de spoilers.

barack
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