Los Trotters se llevan los tres puntos ante los de Dalglish en un partido donde el punch determinó el resultado.
Menuda lío en el que se está metiendo Kenny Dalglish. Una victoria en los últimos seis partidos, sumando seis puntos de 18 posibles hace que un equipo tan grande como el Liverpool pase de pelear por la Champions League a poder descolgarse incluso de la zona euro. Y es que en el partido correspondiente a esta jornada, los reds visitaban el Reebok Stadium buscando esos tres puntos que les diera esa confianza que parece que está perdiendo el equipo en sí.
La baja de Luis Suárez durante ocho partidos por insultos racistas más uno por dirigirse a los aficionados de Craven Cottage con una poco disimulada peineta, es la peor pesadilla que podía tener el equipo. Ante los ciertos rumores de la necesidad de un delantero centro como Darren Bent, lo que nos queda claro a todos los aficionados a esta Premier es que sin Suárez, el Liverpool es un equipo de media tabla. Charlie Adam, Henderson o Gerrard no encuentran ese hombre peligroso que suelen hallar en Luisito. Y claro, cuando los goles de tu equipo los está anotando un casi cuarentón galés ( con todos los respetos al bueno de Craig que está demostrando ser lo poco que funciona dentro del equipo ) que vuelve al Liverpool por falta de minutos en otro equipo, es un problema.
Pero centrándonos en el encuentro ( ya analizaremos a fondo la actualidad del Liverpool con un extenso artículo ), la bandera de Chris Eagles junto con Mark Davies hoy ha sido un auténtico escándalo. Si observamos la posesión del encuentro (38%-62% favorable a los reds ) podríamos argumentar que ha sido un monólogo del Liverpool.Algo parecido, hemos asistido a un encuentro típico del equipo de Dalglish, buena posesión del esférico pero poco punch de tres cuartos de campo para arriba.
Nada más comenzar el encuentro, Mark Davies, en el minuto 4', tras una buena internada en el área conseguía hacer el primero gol del encuentro a favor de los locales. Era el 1-0 y la fiesta aún no había terminado. Tan sólo 25 minutos después, Reo-Cocker ( ojo al dato! se mete sólo hasta el punto de penalti sin marcaje teniendo al lado tres hombres que no hicieron absolutamente nada por detenerlo ), aprovecha un centro para batir a Pepe Reina y hacer el 2-0. No había pasado media hora de juego y el resultado daba una ventaja a los locales bastante amplia. Craig Bellamy se encargó de acortar distancias en el 37' tras un cara a cara con quizás el portero más mala suerte de esta Premier League, Bogdan. Así se llegaba al final de la primera parte.
En la segunda parte, con un marcador y posesión un poco más abierta, Steinsson se encargó de rubricar un marcador que a la postre sería insalvable para el Liverpool.
Los reds se sitúan séptimos en la clasificación, cerca de zona europea y ojo que se podría descolgar si el Arsenal gana su partido de esta jornada. El Bolton con esta importantísima victoria se coloca fuera del descenso y parece que Owen Coyle hoy dormirá como un niño pequeño.
Javier Martínez (@JaviMartinez82)