Nueve días después de su publicación se ha montado el típico pollo por los tópicos que suele montarse en este país cuando nos tocan el orgullo patrio. Al margen de la que le ha caído en las redes, (Haslam ha tenido que acotar la privacidad de algunas de sus cuentas) periódicos 'serios' se han erigido en defensores de la españolidad atacando al periodista y, por ende, a sus compatriotas, haciendo uso, cómo no, de tópicos una vez más: los ingleses son sucios, violentos, comen esa porquería llamada fish and chips ...
Hasta aquí los hechos, o lo que yo entiendo por los hechos, claro está. A partir de aquí van opiniones (aclaro por si acaso) y cuestiones que se me ocurren.
1.- ¿Cuándo vamos a aprender lo que es una sátira humorística? Porque si de orgullo patrio se trata hay que recordar que es uno de los géneros literarios más españoles que existen, claro que siempre y cuando no sean los de fuera los que vengan a ejercerla, ¿no?
2.- Entrando en la descripción que hace Haslam de los españoles he de decir que estoy de acuerdo con muchas de las características que nos achaca. Somos impuntuales (tengo que sufrirlo en carne propia día sí, día también), gritones, comemos hasta hartarnos, decimos muchos tacos, somos muy afectivos y, sí, usamos poco la palabra gracias. ¿Todos?, no, por supuesto, pero sí una significativa cantidad de gente.
3.- Entiendo que un inglés como Haslam pueda tener esa percepción de España cuando llega a nuestro país, de la misma forma que nosotros, o yo al menos, no dejo de asombrarme con lo que veo en otros países (en Inglaterra desde luego mucho) cuyas costumbres me parecen en ocasiones detestables y en otras maravillosas.
4.- ¿Cómo es posible que nos sorprendan los datos de audiencia de Sálvame cuando individuos cuyo perfil en principio no corresponde a los espectadores de programas como el citado entran en esta absurda polémica?
5.- Por último creo que a todos aquellos que se han sentido ofendidos les convendría saber que el británico medio (lo digo como conocedora accidental de la sociedad de ese país) es uno de los individuos que más se ríe de sí mismo y que mejor acepta que se rían de él los demás. El conocido humor británico se caracteriza precisamente por eso, por lo que me temo que poco les afectarán las descalificaciones que han inundado las redes a raíz de un artículo que no pretendía otra cosa que hacer que los aburridos ingleses se echaran unas risas.