Marruecos tiene todo preparado para dar hoy el inicio al Mundial de Clubes con el único partido de octavos de final, el MAtlético Tetuán-Auckland City.
La acción estará radicada en dos de las principales ciudades marroquíes, Rabat (aunque la FIFA prefería Agadir, una de las sedes en 2013) y Marrakech, siendo esta última la sede de la gran final, el día 20. La Perla del Sur, la ciudad más turística del país, ha sido engalanada a conciencia. El trayecto del aeropuerto hacia la Medina está jalonado con banderas del torneo y de todos los clubes participantes: los dos ya citados más Real Madrid, San Lorenzo de Almagro, Cruz Azul, Western Sydney Wanderers y Sefti. Y el tirón de los blancos es palpable en la ciudad. Hasta en sus paredes, con alguna pintada de los madridistas marroquíes más acérrimos... Basta con darse una vuelta por la famosa plaza de Jemaa El-Fna, o los zocos, donde los puestos callejeros exhiben sobre todo camisetas de Cristiano y James.
El Mundial de Clubes volverá a ser una poderosa inyección monetaria para Marruecos, que el año pasado obtuvo 110 millones de euros de beneficio directo, sin contabilizar el impacto económico-turístico de los cerca de 100.000 hinchas extranjeros que viajaron al país. Marruecos ganó la organización del torneo por dos años (2013 y 2014) y los Mundialitos de 2015 y 2016 apuntan a Japón. La India, su gran rival, se retiró hace un mes.
El Madrid, mientras tanto, no quiere descuidar ningún detalle en Marruecos. Ha enviado a su jardinero, Paul Burguess, a inspeccionar el césped de ambos estadios (Stade de Marrakech y el Prince Moulay Abdellah) y los campos de entrenamiento, que habían tenido problemas pero ya están subsanados.