¿Por qué buena parte de los españoles que nos declaramos de izquierdas damos la impresión de estar un tanto perdidos en el uso de términos tales como "pueblo, país, patria, gobierno, nación, España, estado"?... Al usarlos parecen similares pero no lo son. Para la derecha, sí; todo es lo mismo y va en el mismo saco. Los españoles que nos declaramos de izquierdas no deberíamos avergonzarnos de reivindicar el uso del nombre de España, la patria común que a todos nos acoge y ampara, No es solo de ellos, es también nuestra. Y deberíamos hacerlo sin vergüenza alguna, sin ningún tipo de remordimiento, sin amargura ni complejo de ninguna especie. Y para eso puede servirnos la poesía.
De ahí, mi atrevimiento de traer durante unas cuantas semanas, o mientras el cuerpo aguante, lo que algunos de los grandes poetas contemporáneos, poetas del exilio exterior e interior, pero españoles todos hasta la médula, han dicho sobre su patria común, sobre la nuestra, sobre España y su añoranza. Y es que, en palabras de Walt Whitman, "el poeta es el instrumento por medio del cual las voces largamente mudas de los excluidos dejan caer el velo y son alcanzados por la luz".
Hoy traigo hasta el blog al poeta José Agustín Goytisolo (1928-1999). Poeta, escritor y ensayista, perteneciente a la denominada Generación de los 50, que tiene en común su compromiso moral y político junto a una renovada atención a la lengua y la lírica. Hermano de los también escritores Juan y Luis Goytisolo, nace en Barcelona en el seno de una familia burguesa que queda traumatizada por la muerte de su madre en un bombardeo sobre la ciudad de la aviación franquista. Su poesía recrea el entorno personal, familiar y social con ironía y a veces sarcasmo. Murió en su casa de Barcelona en un extraño accidente nunca aclarado que algunos calificaron de suicidio dada su personalidad fuertemente depresiva. Les dejo con su poema: "Allí en el viejo país":(75 Gover Street)Allí, en el viejo país
de los campos de lúpulo,entre la multitud acicalada y huera,
te imaginaba, España,
pobre y pura, maravillosa
como el agua, libre.
Odié el fulgor del oro,
su poder y su gloria, escupíen el centro de todos los relojes,
abominé, como un palurdo, el aire
que aquellos respiraban.
Y pensando
en tus piedras, en tu sol
gastado, en tu luz de plata,
soy, me decía,
del país más hermoso de la tierra.
"Allí en el viejo país"José Agustín Goytisolo
Y mañana nos vemos con el poeta Carlos Sahagún. Sean felices
por favor, y ahora, como también decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt