"Turquía de Erdogan -según cuenta Ignacio Aréchaga en Aceprensa- tiene el récord de medios de prensa cerrados, acusados de desinformación por no seguir la línea oficial islamista. Ahora también el gobierno francés está descubriendo las ventajas de echar mano de la ley para cerrar las webs que dan una información que se aparta de la doctrina oficial. En este caso, sobre el aborto.
En su afán de quitar cualquier reserva al derecho al aborto, el gobierno socialista está dando muestras de una obstinación sin precedentes desde que la interrupción voluntaria del embarazo (IVG) se legalizó en 1976. Primero quitó del texto de la ley el estado de necesidad (détresse) que justificaba la excepción al principio de respeto a la vida de todo ser humano. Aunque se tratara de una mera formalidad, podía ser incongruente con la autonomía total de la mujer para decidir sobre el embarazo. Luego suprimió el plazo de reflexión de una semana, que la ley exigía para llegar a una decisión más meditada antes del aborto. Las mujeres no eran menores de edad, se dijo, y ya sabían lo que querían.
Pero ahora quiere acallar también las webs que ofrecen informaciones y testimonios que pueden provocar la reflexión de la mujer confusa ante un embarazo conflictivo. Estas webs (ivg.net, sosbébé, testpositif, afterbaiz…) tienen más audiencia de lo que el gobierno desearía y eso le irrita. Mientras que los canales oficiales solo ofrecen informaciones para facilitar el aborto, estas otras webs –sin discutir directamente el derecho al aborto– ofrecen consejos sobre el embarazo, información sobre las repercusiones médicas del aborto, alternativas ante un embarazo no deseado, testimonios de mujeres que lamentan haber abortado, respuestas a dudas, atención y escucha de mujeres que quieren contar su experiencia… Las opiniones que puedan disuadir del aborto serían consideradas como presiones psicológicas tan ilícitas como la obstaculización física"