Hoy es hoy.

Publicado el 26 junio 2018 por Carlosgu82

Cuando tenemos en la cabeza esa idea de viajar lejos por mucho tiempo, de conocer nuevos países, personas, culturas, no pasa mucho tiempo hasta que empecemos a planearlo.
Primero no sabemos muy bien a donde, ya que hay tantos lugares para conocer, y si vamos con la idea de trabajar y gastar lo menos posible, empezamos a buscar que países nos brindan una visa de trabajo.
Una vez que tenemos estos países, vamos chequeando uno por uno que requisitos nos piden para las visas. Algunos países, como Australia, te piden muchos requisitos que no todos tenemos y tardaríamos en conseguir, como por ejemplo tener un titulo terciario o tener 2 años aprobados de una licenciatura, o dar un examen de ingles internacional , más muchos otros que tardan en gestionarse.
Pero eso no termina ahí, una vez que finalmente recolectamos todos los documentos que nos piden, hay que entregárselo a la embajada del respectivo país y esperar si nos lo aprueban o no.
Esa espera es interminable, hasta vas chequeando que hacer si no te dan la visa y ves que otras posibilidades tendrías: sacar la visa de trabajo en otro país o sino sacar la visa de turista y ver allá que pasa.
Cuando finalmente te la aprueban, estás tan feliz que sos un manojo de nervios y ansiedad: todo lo que te costó sacarla y hoy te la aprobaron.
Generalmente, estas visas las sacan jóvenes entre 20 y 30 años, y es todo un desafío, porque cuando ya estás llegando a los 30 y tenés un trabajo fijo, aparecen las dudas.
Se te mezclan pensamientos que debaten entre lo que querés hacer, con lo que deberías hacer. En ese punto, por una cuestión de comodidad o por rutina, o porque dudás tanto que pensás que ya se te pasó la edad, terminás no haciéndolo.
Es muy triste que eso pase, porque si crees que hoy sos muy grande para hacer ese viaje, más adelante vas a ser todavía más grande y quien te dice ya con pareja e hijos.
Es una experiencia increíble, que te ayuda mucho a crecer, madurar y si bien es real que ponés muchas cosas en juego: como alejarte de tu familia, amigos, renunciar a un trabajo cómodo, creo que vale la pena hacerlo y arriesgarse.
Vinimos a este mundo a ser felices, y tenemos que hacer justamente lo que nos hace sentir bien y no dejar pasar cosas por miedo o comodidad, porque de grande uno se arrepiente.
Dejemos de pensar lo que la sociedad nos impone, y hagamos lo que nos hace felices: tener una familia, viajar, no tener hijos, ser soltero, hay que dejar los prejuicios de lado y no criticar al otro por no seguir lo que todos “deberíamos hacer”.
El hoy es hoy, ¡arriesguémonos!