Y es que, para no pocas personas, estos días se han convertido en una excusa más para beber y comer y salir de fiesta hasta altas horas de la madrugada. Afortunadamente, algunos nos hemos ido saliendo de esta lista. Obviamente, no es fácil ir un poco a contracorriente en determinados temas, sobre todo cuando hay tantísima gente que hace lo que se supone que ha de hacerse en determinadas situaciones o en determinadas fechas. Y es que hay millones de personas en todo el mundo que es de la opinión que se han de hacer determinadas cosas, entre ellas poner buena cara a todo el mundo, incluyendo aquellas personas que no te caen bien. Pero qué queréis que os diga. En mi caso soy de los que piensa que hay ocasiones en las que hay que ser mínimamente honesto, y a mí no me gusta celebrar la Navidad.
En fin, aunque yo no lo celebre, espero que todos aquellos que creen realmente en el espíritu navideño lo intenten pasar lo mejor posible en compañía de amigos y seres queridos. Y es que, en el fondo, una cosa no quita a la otra.