(así ponen todos los puestos con los cordones de colores)
(y estas son las rosquillas)
San Blas fue un médico que, según se cuenta, curó milagrosamente a un niño al cual se le había atravesado una espina de pescado en la garganta. Ahí, al parecer, está el motivo de que San Blas proteja los males de garganta.
Bueno pues por aquí, ese día se compra el cordón BENDECIDO en la iglesia de San Nicolás y, claro, también se adquieren esas típicas rosquillas de azucar blanco por encima (pelín secas para mi gusto pero bueno, la tradición manda....).
Hay que llevar el cordón (el que quiera también tiene medallita) sin quitarlo durante X tiempo y luego quemarlo para que durante todo el año nos proteja de los catarros.
Os pongo X porque hay dos teorías y, lo cierto, es que no tengo muy claro cual prevalece.
1. Quemar a los 9 días.
2. Quemar el miércoles de ceniza
Así que ya sabéis, hoy cita imprescindible: bajar al Arenal a comprarlo.
Y no penséis, somos muchos los que también enviamos a los amigos que están lejos.
Tradición es tradición.
Feliz día.