Y llegamos al tan temido 21 de diciembre ¿habéis notado algo? Yo todavía no. Así que voy a empezar con el post de hoy, no sea caso, que esto del fin del mundo sólo sea una fantasía.
Pues bien cómo habréis notado por el título del post y hablamos de opinión, y para variar no daré mi opinión, sino la de tres profesionales de la opinión a los que llevo años siguiendo
Empecemos con Maruja Torres, una de mis preferidas, me encanta cómo escribe (recuerdo aquel verano en que lo primero que hacía al encender el ordenador era leer sus magníficos artículos de opinión sobre la guerra del Líbano). Y ayer no defraudó con su artículo “Tres más: Un año de Gobierno y hemos llegado aquí sin apenas quejarnos. Nos quedan tres por delante. Despierta, España.“ ¡Qué razón tienes Maruja!
Sigamos con Juan José Millás, empecé a leer sus artículos en el instituto, cuando teníamos que hacer los comentarios de texto típicos de selectividad. Hoy en su artículo “Crímenes: Cuando un político confiesa su impericia para aquello para lo que es llevado y traído en un coche oficial, debería dimitir o, en su defecto, deberíamos dimitirlo ipso facto” ¡Sí que debería dimitir, sí. Y sí que deberíamos poder dimitirlo, sí!
Y acabemos con Quim Monzó, si en la asignatura de castellano conocí a Juan José Millás, en la de valenciano conocí a Quim Monzó. Hoy podemos leer su artículo “La sostenibilidad, reconsiderada: Instalan en Lleida adornos sostenibles y solidarios y dos semanas después los retiran.” ¡Mira que odio la falsa solidaridad y la falsa sostenibilidad que nos invaden en estas fechas navideñas!
Al recordar a estos autores a los que conocí y empecé a seguir en el instituto público, caigo en la cuenta, de que la educación pública puede que no sea tan mala cómo la quieren pintar, cuando muchos hemos conocido (gracias a la educación pública) a diversos escritores, hemos adquirido (gracias a la educación pública) el hábito de leer los periódicos y, lo más importante de todo, hemos aprendido (gracias a la educación) a ser críticos con lo que leemos en dichos periódicos.
Por todo esto hoy gritamos:
¡LUCHEMOS POR UNA EDUCACIÓN PÚBLICA, LAICA Y DE CALIDAD QUE NOS PERMITA SER CRÍTICOS CON EL MUNDO QUE NOS RODEA!