Hoy no salimos que hace malo

Por Celia Garabaya @britishbubbles

Una frase que por estas fechas se escucha mucho. “Hoy no salimos que hace muy malo“. Cuando llega el invierno, con el frío, la lluvia, cada vez nos da más pereza salir de casa para ir al parque o simplemente a dar una vuelta. Aunque no somos conscientes de lo que estamos haciendo. En estas ocasiones, lo que debemos hacer es pensar en el niño. E intentar ver como podemos hacer para que el niño salga.

¿Por qué hay que salir todos los días?

Los niños necesitan rutinas. Y como seguro sabes, los niños están cargados de una energía que hace mucho tiempo no sientes tu. Durante todo el día, el niño, está sometido a una presión constante. Desde el colegio, donde pasan una gran parte del tiempo sentados aprendiendo y utilizando su cerebro. Lo que hace que los niños acaben las mañanas con la cabeza saturada. Aunque a nosotros nos parezca que las actividades que realizan sean sencillas y más un juego, en verdad, a esta edad, tienen el cerebro mucho más activo que lo lo vamos a tener nosotros nunca. Esto supone un cansancio mental al final del día.

Pero, no solo eso, los niños tienen una energía enorme. La cual, deberán ir gastando durante el día. Para que llegado el momento de meterse en la cama. Los niños sean capaces de conciliar el sueño sin problema. Y consigan así mantener las rutinas del día a día.

Es cierto que la televisión, sirve para desconectar el cerebro del niño y que por un rato no piense demasiado. Aunque a mi no me parece el modo ni pasable siquiera de conseguir que el niño desconecte su mente de todo el día. Además de crearle unas rutinas malas que más adelante serán muy complicadas de eliminar.

El salir a la calle, es la forma ideal, para que el niño pueda resetear y volver a comenzar. De hecho, ni siquiera hace falta mucho tiempo, para notar los efectos del parque en los niños. El contacto con otros niños de una forma independiente. Donde ellos mismos investigan por su cuenta, donde ellos mismos crean los juegos a los que van a jugar, se relacionan con más niños. Y por supuesto, no paran de hacer ejercicio durante todo el tiempo que están allí. Van a suponer una actividad que aunque no nos demos cuenta, está potenciando diferentes desarrollos en los niños.

Tenemos un ejemplo muy claro, en los países nórdicos. Donde los niños salen a la calle, en unas condiciones que desde luego nunca alcanzaremos en nuestro país. Lo más importante, es que el niño esté bien abrigado para que no coja frío. De hecho, el hacer ejercicio al aire y respirar aire frío, es una actividad, que aumenta las defensas de los niños para catarros y gripes. Es muy malo, que un niño, no esté nunca en contacto con este tipo de clima. Ya que en el momento, en que le toque estar un tiempo en un clima frío el niño se lo cogerá todo.

En el caso de la lluvia es un poco diferente. Debemos esperar a que escampe para poder salir. Lo importante si vemos un día que tiene pinta de ser lluvioso. Es estar preparado. Y cambiar la hora del parque, al momento en que deje de llover. No es necesario que todos los días, nos estemos 2 horas con ellos jugando en el parque. Lo importante, es cambiar y salir un rato. Los niños lo agradecerán. Pero aun más lo agradecerás tu, cuando lleguen contentos y agotados de un día de ejercicio.